Pronto, al viejo sacerdote runico se le acabaron las chanzas; Ladislash tuvo el "detalle" de informarle acerca de su destino; Serinia advirtio a Ladislash de que si el lobo sabia que iba a ser poseido, lucharia con todo su espiritu para evitarlo, lo que podia tener consecuencias imprevisibles en el ritual, a lo que Ladislash le respondio que en lo imprevisto esta la genialidad de la garra de Tzeentch.
Para sacarlo de la celda, fue necesario lanzarle descargas electricas hasta dejarlo suficientemente aturdido para que cuatro marines de la rubrica lo subieran a una camilla de metal provista de abrazaderas de titanio que le sujetaron el cuello, los brazos, la cintura y el torso. Aun asi, Sven tuvo animos para escupir a la placa facial de uno de los marines, haciendo burbujear la ceramita de esta por medio del acido que segregaban sus glandulas Bretcher. Fue llevado a la camara donde Ladislash realizaba sus rituales de invocacion; tenian preparado todo lo necesario para llevar a cabo la invocacion.
Rapida y dolorosamente, fue su piel marcada con hierros candentes para inscribir las runas que atarian al demonio.
Durante todo el proceso, el lobo no cejo de maldecirlos y oponer resistencia. Pero no le sirvio de nada: Tras varias horas de forcejeos y blasfemias, Sven estaba agotado y dolorido.
Serinia miro a Ladislash esperando un permiso para comenzar la invocacion. el gesto afirmativo del cetro no se hizo esperar; la invocacion comenzo, sin que quien la llevaba a cabo se percatara de que la furia de ladislash iba tan lejos, que ordeno a su escolta mentalmente que apuntaran directamente a la espalda de Serinia con sus bolteres; abririan fuego si la invocacion fallaba.
El demonio, tras los conjuros, se hizo presente en el plano material, estudiando el cuerpo que le ofrecian.
(Continua)