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Warhammer 40.000 => Trasfondo => Mensaje iniciado por: Lord Principe en 01 de Junio de 2014, 11:14:04

Título: [RELATO] Berglorius
Publicado por: Lord Principe en 01 de Junio de 2014, 11:14:04
Como se ha hablado en alguna ocasión tras el V Torneo de La Armada algunos de los jugadores de Warhammer 40000 del foro hemos decidido jugar una Megabatalla. Y como somos como somos, tenemos que tener un trasfondo narrativo y que el resultado de la Mega nos permita conocer el desenlace de dicho trasfondo.

El trasfondo empieza aquí. A lo largo de las siguientes semanas ire añadiendo más relatos según vayan concretándose los detalles de la Mega.

Cuando finalice la mega se agruparan los trasfondos y se hará un Index con estos trasfondos, la parte de reglas de la mega, y el desarrollo de las partidas de la misma.

En este otro tema iremos viendo las bases de la mega, y como se desarrollará a nivel de reglas y condiciones de juego:
http://laarmada.info/warhammer-40-000/mega-en-talavaryan-iv-reglas/new/#new (http://laarmada.info/warhammer-40-000/mega-en-talavaryan-iv-reglas/new/#new)

Ahora para no aburriros más, comienza el trasfondo, disfrútenlo, y como no, cualquier comentario o critica es bienvenida.



POR ORDEN DE SU SANTÍSIMA MAJESTAD
EL DIOS EMPERADOR DE TERRA

EXPEDIENTE RESERVADO SOLO PARA PERSONAL AUTORIZADO



EXPEDIENTE: 999:41D:DC15;Hadas
CLASIFICACIÓN: Nivel Superior Primaris
NIVEL SEGURIDAD: Turquesa
FECHA: 999.M41
AUTOR: Adeptvs Tertius Alphonse L´Escribe
ASUNTO: Resumen y misión
DESTINATARIO: Lord Prefectus Primus Lucius Labandeira, Maestro Historicae



Salve, mi Señor Prefecto,

Como bien sabéis, al empezar el último año de cuadragésimo primer milenio el panorama para nuestro bienamado imperio no es muy halagüeño. Desde hace meses el Sagrado Astronomicón fluctúa de manera impredecible, haciendo más difíciles los viajes por la disformidad y mermando nuestra capacidad comercial y militar. Noticias inconexas del sector cadiano apuntan a una ofensiva del, por siempre maldito, Señor de la Guerra Abbadon, quizá una nueva cruzada. Los planetas de los límites exteriores son atacados por diferentes xenos, y los más interiores sufren revueltas por la insidiosa influencia de las fuerzas del caos, por la falta de fe y esperanza y por las luchas intestinas por el poder de las viejas familias nobles, políticas y comerciantes.  El Imperio se desangra, la ruptura está cercana. No me siento muy esperanzado ante el futuro, mi señor.

Posiblemente lo peor de todo lo que ocurre es estos oscuros tiempo sea que los ciudadanos imperiales están perdiendo la fe en el Santo Emperador. Como bien sabéis, mi señor, Nuestro Amado Ministorum está sin una cabeza visible desde hace meses. El Eclesiarca Elmert Von Thor ha muerto, y pese a que fue apenas la sombra de su gran antepasado, supo responder a las necesidades espirituales del Imperio durante su mandato. Cuando Von Thor falleció, los cardenales del Santo Sínodo empezaron a postularse para ser elegidos como el próximo Eclesiarca. Desde hace cientos de años la figura del Eclesiarca y del Alto Señor de Terra tienden a fundirse, y más en las últimas décadas en que las comunicaciones entre Terra y Ophelia VII son tan complicadas. Von Thor fue durante su mandato siempre el representante del Santo Sinodo ante El Consejo de Terra. Por todo ello los cardenales no palatinos han ido perdiendo fuerza frente a los terranos. Por desgracia para nosotros, los principales cardenales palatinos, el denominado Conclave de los Cinco, que iban a ser los candidatos a suceder a Von Thor por diferentes razones han abandonado la carrera sucesoria. Nos vemos sumidos en el caos y el desgobierno.

Pese a que los más ilustres investigadores de los arbites y de los distintos ordos han buscado alguna conexión entre estos desafortunados incidentes no se han encontrado evidencias de que hubiera algún tipo de complot o relación entre ellos. Aún así os los relato para satisfacer vuestra curiosidad profesional, mi señor.

La comitiva del Cardenal Luigi  Di Santis fue masacrada por una masa de zelotes apocalípticos de su propia diócesis cuando se dirigía a su Palacio-Catedral. El descontento es especialmente alto allí ya que los diezmos son abusivos. Una investigación superficial ha demostrado que algunos de sus Diaconos Fortunae tergiversaban los libros de cuentas para desviar fondos de los impuestos. Antes de que se escandalice, mi señor, informarle que han sido debidamente purgados y que ahora los tributos de esta Diócesis están intervenidos por una Troika de nuestro Adeptvs Administratum.

El popular Cardenal Armin Nguyen sufrió un infarto fulminante cuando predicaba desde lo alto del púlpito de su Catedral, cayendo varios cientos de metros al vacío, muriendo en el acto. Los miembros de su séquito de seguridad murieron también al lanzarse tras él para intentar alcanzarle al vuelo, lástima que los pararetros estuvieran en mal estado de mantenimiento y no funcionaron.

La Cardenal Anna Simmone fue investigada y ejecutada por el Ordo Hereticus tras descubrirse que era la líder de una Cábala Herética. Su credo promulgaba que era en la vida terrenal donde había que gozar de los placeres para olvidar las desgracias y la dureza de la vida imperial, y que el sacrificio del hombre para redimirse ante el Emperador por sus pecados era malgastar vidas humanas. Su ejecución en la hoguera fue vista por millones de ciudadanos ya que su cadalso fue montado sobre una montaña artificial construida con los restos de la Catedral y las iglesias de su Diócesis. Mientras la multitud rugía enfurecida animada por el Inquisidor Van Helsing, Simmone suplicaba piedad y que todo había sido un complot contra ella. Van Helsing le lanzó su confesión conseguida por él mismo y estuvo ardiendo viva durante horas. Un gran espectáculo que devolvió parte de la fe perdida.

El Cardenal Jonan Rabb murió tras una intervención para un tratamiento rejuvenecedor de los que se sometía regularmente y que salió mal. Quizá una dosis de anestesia errónea o, quizá, una de las drogas epidérmicas en mal estado le provocó la muerte. El cuerpo fue encontrado por su acólito primaris que decidió unirse a él en su Mausoleo y cuyos gritos tras el encierro diciendo que no era merecedor de tal honor ha inspirado un nuevo credo de humildad muy seguido en la que era la  Diócesis de Rabb. Comentar que unos arbites paranoicos lanzaron la absurda acusación de que había sido un envenenamiento criminal. Tanto estos arbites como los cirujanos plásticos que intervinieron a Rabb tras meditarlo en la sede local del Ordo Hereticus decidieron redimirse como oficiales y médicos en uno de los Regimientos Penales con mayor tasa de reemplazos del Segmento. Muy loable su decisión y todo un ejemplo a seguir.

Por último el eminente Cardenal Martín Rivelle ha decidido retirarse voluntariamente de la terna por la corona cardenalicia. En su última homilía en su Catedral anunció que la Fe Imperial necesita tanto de lideres y santos, como de mártires y héroes. Su último acto ha sido nombrarse a si mismo Archiconfesor Máximo del Segmento Ophidiano y partir hacia allí con los pocos de sus acólitos que no murieron en la avalancha humana que provocó su histórico discurso. En breve llegará a alguno de nuestros mundos frontera para propagar la fe imperial.. Un ejemplo para todos nosotros, mi señor. No todos los altos cargos del Adeptvs Ministorum dejaría su vida de lujos y comodidad para ejercer la difícil vida del confesor.

Como veis, Prefecto, la desaparición los cardenales palatinos principales deja abierta la carrera por la elección del nuevo Eclesiarca. Se pensaba que se iban a tardar décadas en encontrar un candidato que tuviera en suficiente carisma y poder tanto dentro de Ministorium como en las otras organizaciones de los demás Altos Señores. Le digo se pensaba, mi señor, porque un joven Cardenal Astral del Segmentus Obscurus, concretamente de la Diócesis de Tracian Primaris, ha conseguido los suficientes apoyos para ser el único candidato al trono purpurado con posibilidades. Si ahora mismo hubiera un conclave, es muy seguro que tendríamos Fumata Blanca de nuevo en el Palacio del Emperador.

El cardenal se llama Berglorius, Alphonse Berglorius. Ha avanzado muy rápido por la jerarquía del ministorum de su sector. Hace unas pocas décadas era un desconocido diácono en un planeta del borde exterior del Subsector Helicano. Pero su mensaje ha calado hondo en la ciudadanía. Es un mensaje aperturista y esperanzador a la vez que beligerante. Argumenta que un Imperio amenazado tiene que hacer uso de todo su arsenal. Que no se puede ir aniquilando a todos los mutantes, a los psíquicos, a los herejes. Que hay que convertirlos a la Fe Imperial, no quemarlos. Conseguir que la humanidad sea un ente unido para ser indestructible frente a cualquier enemigo interior o exterior.

Como usted sabrá, mi señor, en los mundo fronterizos de los subsectores exteriores no se mira tan mal al mutante o al psíquico potencial ya que son más normales que en los subsectores centrales donde se les persigue con saña para su justa purificación. Esto ha llevado a que muchos ciudadanos imperiales hayan dejado de ser radicales sobre la pureza de la raza humana y simpaticen más con estas, a mi humilde parecer, aberraciones.

Lógicamente este mensaje ha despertado la atención de todos los Ordos de la Sagrada Inquisición, aunque con opiniones opuestas según que facción o corriente. Los más puritanos ven con preocupación los avances de Berglorius, los monodominantes piden directamente que se le queme por hereje. Los amalitianos vigilan con prudencia sus progresos. Pero entre la minoritaria, pero poderosísima corriente extremista es sumamente popular. Tanto que han destinado a uno de sus inquisidores más afamados a la protección del cardenal. El inquisidor es un viejo conocido suyo, mi señor, es Louis D´Sasters. Usted escribió hace unos años su proceso frente al inquisidor Bernardo Gui, uno de los antiguos interrogadores del propio Diaz de Torquemada.

Con toda humildad perdone mi atrevimiento, sin embargo, voy a resumirle de forma sucinta el enfrentamiento entre D´Sasters y Gui, que tan magníficamente contó usted, mi señor, es su obra “La Sagrada Inquisición: Trasparencia, iluminación e inspiración ”.

Como sabéis, Prefecto, Gui era de la facción monodominante más radical, y D´Sasters es de la extremista más feroz. Curioso que fuesen tan dispares ya que ambos fueron a la misma Schola para hijos de oficiales de la Armada Imperial fallecidos en combate, y que fueron grandes amigos en esos primeros años, hasta que fueron reclutados por sus potenciales habilidades por los rastreadores del Ordo Malleus de la Santa Inquisición. Como hemos dicho Gui fue aprendiz de Diaz de Torquemada hasta conseguir su propio rango de inquisidor. El que fuera el maestro de D´Sasters es aún un misterio. Más cuando la Inquisición es una organización tan impenetrable, y aún más la facción extremista.

Durante algunas décadas tuvieron una carrera paralela, con éxitos similares en importancia y número por el bien de la humanidad. Se dice que Gui celoso de su antiguo amigo, empezó a investigarle. Y cuanto más averiguaba más se convencía que el radicalismo de D´Sasters alcanzaba la traición y la herejía. Finalmente presentó una acusación de Extremis Diabulus ante el Conclave Interno del Ordo Malleus, a la que D´Sasters fue conducido, como acusado y potencial hereje, para presentar su defensa. Todas sus posesiones fueron embargadas y sus seguidores detenidos y ejecutados. Solo un pequeño séquito pudo acompañarle al juicio en la fortaleza inquisitorial del planeta Avignor.

Durante el proceso se mostraron al jurado, un conclave de altos inquisidores del Ordo Malleus, presidido por Diaz de Torquemada, una serie de pruebas con las que se trataba de demostrar la influencia del caos en D´Sasters. En como sus exitosos casos le habían llevado a caer cada vez más y más en saberes prohibidos. D´Sasters no se defendía cuando se mostraban las pruebas y siempre indicaba sin palabras que solo hablaría para la argumentación final. Cada día estaba su físico más demacrado y potencial psíquico más arruinado tras las atenciones y los interrogatorios diarios por parte de los miembros del jurado. Tras días de exposición, Gui presentó la prueba final, la espada personal de D´Sasters, Redención Sangrienta. Según Bernardo Gui era un arma demonio, un anatema, una herejía, la prueba máxima de la traición de D´Sasters. La acusación se había presentado a pesar de que la espada había sido sometida a todas las pruebas demonológicas posibles con resultados negativos por todos los sabios, eruditos y psíquicos que habían sido llamados por el tribunal para ello. Cuando se presentó la acusación, D´Sasters se levantó, cogió la espada y esta empezó a brillar según se acercaba a Gui. D´Sasters gritó que el único poder de la espada era detectar a entes poderosos de la disformidad, y que Gui estaba poseído por uno de ellos. Antes de que nadie pudiera hacer nada, D´Sasters decapitó al desarmado Gui, y según la hoja de la espada iba abriendo el cuello del inquisidor, una neblina verde brotaba del muñón del cuello. Al caer la cabeza al suelo, la neblina rodeó al cadáver, recomponiéndolo e hinchando el cuerpo muerto de Bernardo Gui mientras todas las alarmas antidemonio de la fortaleza empezaban a ulular. Tras un momento de indecisión los inquisidores y sus guardaespaldas psíquicos comenzaron la Letanía de Exorcismo y vencieron al demonio antes de que acabará de materializarse. Se dijo que tanto potencial psíquico desmaterializó al demonio.

Tras lo ocurrido en el tribunal, D´Sasters fue declarado inocente y recuperó todas sus posesiones y su rango. Se declaró que su reputación estaba impoluta y que era Bernardo Gui el que estaba dominado por un demonio. Posteriores investigaciones demostraron que muchos de los acólitos de Gui eran herejes, que entre sus posesiones había libros y armas arcanos, y que al verse acorralado intentó desviar la atención hacia D´Sasters.

Mi señor Prefecto, tras ponerle en antecedentes le informo que la misión que le ha encomendado en persona nuestro Señor del Administratum es unirse a la flota del Cardenal Berglorius. El cardenal va a comenzar un viaje que le llevará desde Tracian Primaris hasta Terra haciendo escala en los principales planetas durante el camino, con la intención de conseguir apoyos entre las familias nobiliarias, seguidores entre los ciudadanos imperiales y atraer a su causa a las diferentes facciones del Ministorum. Siendo la principal escala el mundo santuario de Talavaryan IV, donde Berglorius se reunirá con todos los cardenales que puedan llegar al planeta para la encuentro, además de con representantes de la inquisición y otras ramas de administratum. Usted deberá ser testigo de todo ello y consignarlo para que Nuestro Amado Alto Señor del Administratum pueda decidir que idea hacerse sobre el cardenal y que política debe seguir el Gobierno del Santo Emperador respecto a él.

Nuestra misión, mi señor, es de suma importancia para el futuro del imperio, me siento gozoso de ser parte de la historia por una vez, y no solo un mero escriba historicae.

Salve Prefecto.