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Warhammer 40.000 => Trasfondo => Esenciales => Mensaje iniciado por: miguel en 26 de Marzo de 2007, 17:51:03

Título: La Herejía de Horus
Publicado por: miguel en 26 de Marzo de 2007, 17:51:03
Un día antes de la salida de la segunda novela traducida a nuestro idioma, aquí va el relato completo de lo sucedido en la Herejía de Horus, una recopilación de nuevo de infinidad de libros, páginas web y un largo etcétera. El texto continúa donde lo dejé en el post de la Gran Cruzada y como siempre espero que entre todos podamos corregir o ampliar lo que he escrito/copiado/traducido.

Atención a los que quieran leerse la historia por su cuenta en novelas o libros de trasfondo, el texto de abajo entra en todo tipo de detalles sobre lo acontecido en la Herejía.

La Herejía de Horus

Casi seis décadas después de la Capaña de Ullanor, Horus acudió en respuesta a la llamada de auxilio hecha por los jefes de las Logias, pues Davin estaba siendo atacada por grupos de anti-imperiales y se desangraba en una terrible guerra. Horus dirigió enfurecido por el sufrimiento de los davinitas una rápida campaña que limpio Davin de enemigos pero cuando el conflicto estaba apunto de acabar, fue atacado por un asesino y pese a que lo mato rápidamente fue herido por una hoja emponzoñada. Los Apotecarios se desesperaban por que no conseguían curar a su Señor, al borde de la muerte y solicitaron ayuda a los davinitas. Horus fue llevado agonizante al templo de la Logia de la Serpiente y emergió días después completamente curado y lleno de energía para alegría y asombro de los suyos. Erebus, Capellán Jefe de los Portadores de la Palabra, completamente rendidos ya a las fuerzas del Caos,  persuadió a la Logia guerrera de los Hijos de Horus para que dejasen a un grupo de shamanes davinitas, todos pertenecientes a un culto del Caos, que lo salvasen.

Durante los rituales, el espíritu de Horus fue transferido a la Disformidad. Allí, tuvo una terrible visión del futuro proporcionada por Erebus, en la que le mostró el Imperio como una represiva teocracia, donde el Emperador y sus Primarcas (pero no Horus) eran aclamados como Dioses por las masas. Los Dioses del Caos se mostraron a si mismos como víctimas de los poderes psíquicos del Emperador y sin ningún tipo de interés por el universo material. Horus llevaba mucho tiempo acumulando resentimiento en su interior por la lejanía de su Padre, por lo que no le fue difícil aceptar las falsas visiones de los Poderes Ruinosos. Su pacto fue simple: �Danos al Emperador y nosotros te daremos la galaxia�.

Horus aceptó la oferta del Caos, estos curaron su herida y le dieron acceso a los poderes de la Disformidad.
Horus introdujo un sistema idéntico de Logias en su Legión y luego en las que estaban bajo su mando. Así fue como se plantaron las semillas de la más atroz de las herejías en el mas grande campeón de la Humanidad y de ahí a las fuerzas del imperio, lo que mas tarde produjo la guerra mas horrible de todas.

Horus arrastró a varios de sus hermanos Primarcas al Caos, Angron de los Devoradores de Mundos, Fulgrim de los Hijos del Emperador y Mortarion de la Guardia de la Muerte fueron los primeros en pasar al bando de Horus, así como un buen número de regimientos del Ejército Imperial y varias Legiones de Titanes.

Una patrulla de exploración de los Hijos de Horus estaba realizando su misión por un nuevo sistema cuando su nave sufrió un ataque por parte de una horda de cazas. A pesar de que el ataque estaba bien coordinado, les hicieron huir y la nave de los Hijos de Horus los siguió hasta un campo de asteroides.

La flota de los Hijos de Horus no tardó en llegar, y el propio Horus se desplazó hasta la maltrecha nave de exploración. Cuando abordó el navío, la tripulación se encontraba en alerta roja, un pequeño grupo de asalto se había introducido en la nave y no podían eliminarlos. Ya habían accedido al puente.

Sólo quedaban cinco de los asaltantes, y el propio Horus se encargó de eliminarlos. Consiguió impactar a cuatro de ellos, pero un quinto consigue esquivar todos sus disparos. Los dos súper hombres encuentran sus miradas, durante un momento se quedan quietos, Horus se acerca e instantáneamente ambos se reconocen como a hermanos.

En vez de enviar a Alpharius a Terra con el Emperador, Horus comenzó a entrenarle, permitiéndole que se pusiera al mando de los Hijos de Horus. El Señor de la Guerra estaba impresionado con las habilidades de Alpharius y sobre todo de su ingenuidad, al mismo tiempo que Alpharius quedó completamente desbordado por la figura de Horus.

El Liber Malum narra cómo sistemas enteros se rendían antes de ser víctimas de la ira de los Devoradores de Mundos. Pero era cuestión de tiempo que la galaxia se enterase de que se había utilizado la psicocirugía en los reclutas de esta Legión. Tras el infame Registro de Ghenna, en el que toda la población del planeta fue asesinada brutalmente en una sola noche, los Devoradores de Mundos fueron censurados por el Emperador y obligados a dejar de utilizar los implantes.

Angron no prestó atención a la orden del Emperador y ordenó a sus tecnomarines que continuasen con su trabajo hasta que a todos los miembros de su Legión de Marines Espaciales se les hubieran instalado los implantes. Los ritos sangrientos se convirtieron en una parte cada vez más importante de la herencia de la Legión mientras continuaban realizando matanzas por toda la galaxia; y se convirtió en una práctica común entre los Marines Espaciales competir por quién obtenía más cráneos enemigos en batalla. Muchos de los hermanos Primarcas de Angron expresaron sus preocupaciones al respecto al Emperador y entonces el Señor de la Humanidad cometió un grave error. Mandó a Horus, el Primarca en quien más confiaba, a que se enfrentara a Angron y le hiciera entrar en vereda. Horus era un psicólogo maestro y, aunque el Emperador aún no lo sabía, ya había sido corrompido por los poderes del Caos. En Angron vio un guerrero consumido por la amargura y el resentimiento y fue muy sencillo para Horus alimentar esta amargura y ponerle en contra del Emperador, haciéndole ver que se trataba de un pelele que debía ser reemplazado. Le dijo a Angron exactamente lo que este quería oír y, cuando Horus acabó por traicionar al Emperador, lo que dio lugar a la primera guerra civil galáctica, los Devoradores de Mundos de Angron se posicionaron del lado de los Hijos de Horus.

Ariggata era un planeta muy avanzado tecnológicamente que había sido aislado del Imperio durante muchos siglos y, cuando llegaron enviados imperiales avisando del inminente retorno del Emperador, fueron ejecutados como muestra de que querían mantener su independencia. El poder militar de Ariggata era formidable, por lo que se dio a tres legiones la orden de pacificar dicho mundo: a los Lobos Lunares, a los Ultramarines y a los Devoradores de Mundos. El Señor de la Guerra Horus estaba al mando de toda esta fuerza y, bajo su comandancia magistral los ejércitos de Ariggata fueron rápidamente subyugados hasta que solo quedó la Ciudadela de Basalto en manos enemigas.

Las fuerzas imperiales pusieron la ciudadela bajo asedio, pero la pacificación estaba durando demasiado para el gusto de Horus; quería acabar cuanto antes para obtener más gloria en otras batallas. Para acabar lo antes posible con el asedio, bombardeó los muros de la ciudadela desde la órbita y ordenó a Angron y a los Devoradores de Mundos que asaltasen las brechas que hubieran sido abiertas en los muros y que acabasen con los líderes enemigos. Los muros de la ciudadela habían sido construidos durante la Edad Oscura de la Tecnología y, a pesar de haber sufrido un bombardeo orbital durante toda una semana, solo se había conseguido abrir una brecha en ellos. Roboute Guilliman aconsejó tener precaución, pero ni Horus ni Angron estaban dispuestos a esperar. Angron lanzó a sus Devoradores de Mundos contra las paredes de la Ciudadela de Basalto mientras una tormenta de ráfagas láser y proyectiles causaban enormes bajas entre sus filas. Pero los Devoradores de Mundos no se dejaron intimidar y acabaron alcanzando la brecha a través de una rampa de cadáveres de su propia Legión, Una vez dentro de la fortaleza, los Marines Espaciales, enloquecidos por la batalla, acabaron con todos aquellos que se ponían al alcance de sus espadas sierra. Durante un día y una noche no se oyeron más que los alaridos de las víctimas en los antiguos salones y, cuando por fin Angron ordenó abandonar el lugar a sus tropas, en el interior de la ciudadela no quedaba ni un alma con vida.

Cuando los Ultramarines entraron en la ciudadela para asegurar el lugar, se quedaron horrorizados con lo que allí descubrieron. Las cámaras y bóvedas de la ciudadela parecían el matadero de un profesor chiflado. Los cuerpos desmembrados estaban esparcidos por doquier y el olor de la muerte era tan denso que parecía poder tocarse. No habían perdonado la vida a nadie, todo ser vivo había perecido bajo la furia de los Devoradores de Mundos. Cuando los atónitos Ultramarines abandonaron la ciudadela, los Devoradores de Mundos y los Hijos de Horus ya habían dejado el planeta, mientras que los Ultramarines deberían permanecer en Ariggata hasta que llegase el Ejército Imperial.

Al mirar en el interior de la disformidad desde su santuario de Prospero, Magnus vio a Horus rendir pleitesía al Caos sobre las salvajes planicies de Davin. Le fue revelada la traición de Horus al completo, cada detalle. Magnus percibió las debilidades de Fulgrim (de los Hijos del Emperador) y de Angron (de los Devoradores de Mundos) que habían sido utilizadas magistralmente por Horus, además de mayores fuerzas veladas por la disformidad. Vio la terrible trampa que se le había tendido a Ferrus Manus de los Manos de Hierro, a Vulkan de los Salamandras, y al precavido Corax de la Guardia Implacable en Istvaan V. Vio cómo el más poderoso bastión de lealtad al Emperador, los Ultramarines de Guilliman, era engañado para acudir al lugar más apartado de la galaxia, donde no podría desempeñar papel alguno en el drama que estaba a punto de representarse. Solo Magnus, e incluso más claramente que Horus, tuvo la oportunidad de conocer por adelantado lo que iba a ocurrir. Lo vio todo y entendió las consecuencias que acarrearía y los papeles que les tocaría representar a cada uno. Menos a él.

Trató entonces de avisar al Emperador e impedir así la traición. Tendría que haber sido su momento de triunfo y venganza, la ocasión para justificarse. Solo el poder de Magnus había podido descubrir la víbora que se escondía en el canasto de manzanas. Estaba seguro de que, al fin, el Emperador reconocería el valor de la hechicería. Sin embargo, este declaró que la única víbora que había allí era la hechicería de Magnus. Consideró herejía la acusación que Magnus había lanzado sobre su hermano y le transmitió que se sentía engañado por la ruptura de su juramento. El hecho de que Magnus hubiera seguido estudiando el conocimiento perdido fue tomado como prueba evidente de que había caído bajo la influencia de los poderes sobre los que el Emperador le había advertido. Los peores miedos del Emperador respecto al alma de su ciclópeo hijo se habían hecho realidad.

El contenido del aviso de Magnus fue ignorado por completo. Se dice que el Emperador rompió el contacto con tal fuerza que todas las guardas psíquicas de Palacio se arquearon y reventaron en pedazos. Al lado del Emperador se encontraba Russ, que temblaba de ira debido a las acciones de Magnus. El Emperador se volvió hacia él porque sabía que acataría sus órdenes sin rechistar. Ordenó a los Lobos Espaciales que atacasen a Magnus y a los eruditos soldados de Prospero.

Horus había planeado todo muy bien. Angron, Mortarion y Lorgar estaban ya a su lado, y las Legiones más leales habían sido redirigidas por el Señor de la Guerra a diversos puntos de la galaxia, todos ellos muy distantes de Terra. Los Puños Imperiales y los Cicatrices Blancas estaban demasiado cerca de Terra para ser contactados sin levantar sospechas, aunque Horus estaba convencido de que Jaghatai Khan se pasaría a su lado.

Fulgrim, también ya del lado de Horus, fue a hablar con su gran amigo Ferrus Manus y trató de convencerle para que se pasase al lado del Señor de la Guerra. Ferrus siempre fue un Primarca muy orgulloso, marcado por un pasado que le hizo confiar en los fuertes y despreciar a los débiles. Siempre admiró a Horus, y cuando Fulgrim le contó sus planes, Ferrus estuvo a punto de matarle, pero consiguió escapar. Al enterarse de lo que Horus iba a hacer en Istvaan, pensó que únicamente podía confiar ya en su Legión, y sólo, se encaminó hacia Istvaan para acabar con la herejía.
Fulgrim prometió a Horus que le traería la cabeza de Ferrus en una bandeja por haberle fallado.

Los Ángeles Sangrientos fueron enviados  a sofocar una rebelión en el planeta de Signus Prime, al llegar allí descubrieron que estaba infestado de demonios. Los Ángeles Oscuros por su parte, seguían con su campaña en la Franja Este. Los Ultramarines por su parte, estaban luchando junto a los Portadores de la Palabra, liderados por Kor Phaeron, para �liberar� al planeta Calth.

Asqueado por los grotescos actos de sus hijos, el Emperador requirió al Acechante Nocturno que se presentara ante él para que le diera explicaciones por los métodos utilizados por su Legión, pero el Acechante Nocturno no tardó en aliarse con Horus y, en este punto, se hizo evidente que todas las acusaciones vertidas contra los Amos de la Noche eran completamente ciertas.

Alpharius había aprendido prácticamente todo de Horus, por lo que fue muy sencillo convencerle, al igual que a Perturabo.

Fue en plena purificación de los Criaderos Hrud de Gugann cuando los problemas se pusieron de manifiesto. Fue Horus quien llevó a Perturabo la noticia de que Olimpia se había rebelado, de que Dammekos había muerto y de que la población, incitada por los demagogos, se había alzado en armas. Perturabo, por aquel entonces, ya estaba cansado de tener que demostrar su valor y, en aquel momento, tras todas sus batallas, pensar que su Legión era la única que había sido incapaz de proteger su propio hogar fue todo un mazazo para él. Horus tenía el sentido de la oportunidad.

Antes de partir, Horus le regaló a Perturabo el martillo Rompeforjas. Es posible que el arma sirviera como un instrumento para que las fuerzas del Caos manipularan al Primarca de los Guerreros de Hierro, aunque también es posible que una muestra de respeto semejante por parte de un líder como Horus hubiese sellado un pacto entre los dos.

La Guardia del Cuervo y los Salamandras se mantuvieron leales.

Horus consiguió también corromper al Adepto Regulus, prometiéndole las PCE recuperadas durante la Gran Cruzada si los Adeptus Mechanicus se ponían de su lado.

El Gobernador Planetario de Istvaan III había declarado su independencia del Imperio, por lo que el Concilio de Terra ordenó a Horus que recuperase el planeta. Aunque las cuatro Legiones bajo su mando directo le apoyaban, aún había núcleos leales entre las tropas, muchos de los cuales eran Marines Espaciales de Terra, creados incluso antes de que su Primarca fuera encontrado por el Emperador durante la Gran Cruzada. Horus, concentro todas sus tropas sobre el sistema de Istvaan.

Su prioridad en este momento era la de destruir todo esos elementos leales, y después de un intenso bombardeo, Horus lanzó todas las tropas leales de su ejército sobre Istvaan III. Una vez allí, Horus lanzó un bombardeo vírico brutal sobre sus propias tropas. Sin embargo, muchas de las tropas leales permanecían aún en las naves y lucharon desesperadamente para avisar a sus hermanos de la traición, lo cual consiguió salvar a muchos Marines Espaciales que consiguieron una buena cobertura antes de que comenzase el bombardeo. La población no recibió ninguna ayuda, y dieciséis billones de personas murieron al instante, lo cual causó un verdadero shock psíquico en la Disformidad.

Un contingente de Marines leales comandados por el Capitán Garro de la Guardia de la Muerte con siguió superar el bloqueo de la flota de Horus y escapar en un carguero dañado llamado Eisenstein para avisar al Emperador.

Angron se dio cuenta de que las bombas víricas no serían todo lo efectivas que deberían con los Marines Espaciales leales, por lo que atacó él mismo el planeta con 50 compañías de Marines. Horus estaba furioso con Angron por retrasar sus planes. Las fuerzas leales, comandadas por Saul Tarvitz, Capitán de la Legión de los Hijos del Emperador, lucharon con valor, pero estaban condenados a caer en manos de sus hermanos. Con sólo unos pocos cientos de ellos vivos, Horus se cansó de esperar y retiró a Angron y a sus tropas del planeta lanzando un bombardeo final que exterminó a los Marines Espaciales supervivientes en Istvaan III.

Solo los que fueron testigo de aquellos días saben lo que pasó de verdad en Prospero cuando atacaron los Lobos Espaciales, ya que los archivos existentes al respecto se contradicen enormemente. El poema épico Lamento de Prospero describe un largo bombardeo orbital por parte de los Lobos Espaciales, seguido de una sistemática campaña por todo el planeta que duró varios días y varias noches y que se cobró grandes bajas en ambos bandos. Por otro lado, una de las narraciones de los Lobos Espaciales más importantes al respecto, La Edda del Martillo, dice que los Lobos Espaciales tomaron completamente por sorpresa a los Mil Hijos. Los Lobos Espaciales cayeron sobre la Ciudad de la Luz desde el cielo (tal y como lo había hecho Magnus hacía tantos años) y llevaron a cabo una terrible y sangrienta carnicería. La imagen que ofrece Edda, en la que los Lobos Espaciales pasaron una sola noche dedicándose a quemar bibliotecas, abatir torres y matar con salvajismo, coincide exactamente con la imagen que se tiene de esta legión. Pero el Edda es criticado habitualmente porque nadie se explica cómo un planeta de hechiceros, capaces de escrutar el tiempo y el espacio, pudieron ser sorprendidos así. ¿Cómo pudo ser, a no ser que los propios Poderes Oscuros que les regalaban estas visiones no quisieran que tuvieran conocimiento alguno esta vez? De una forma u otra ocurrió, y Prospero y los eruditos de los Mil Hijos tuvieron que sufrir un tremendo horror mientras Russ y sus Lobos Espaciales se abrían camino salvajemente hacia la Ciudad de la Luz. Los guerreros de Russ construyeron piras con las bibliotecas, pergaminos y antiguos textos de Magnus y destruyeron con sus espadas sierra artefactos que eran únicos en la galaxia. Aunque difieren en los detalles, la mayoría de relatos sugieren que el propio Magnus se enfrentó a Leman Russ en combate singular, Primarca contra Primarca, berserker contra gigante, en el corazón de la ciudad en ruinas. La Guerra de los Gigantes, impreso a partir de historias de la tradición oral de los Lobos Espaciales por orden del Inquisidor Bastalek Grim, describe el titánico duelo que tuvo lugar:

"Magnus el Rojo llegó al campo de batalla y este se licuaba bajo sus gigantescos pasos. Russ cargó contra el mastodonte carmesí y consiguió derribarlo. El Rey Lobo le rompió la espalda al cíclope, y los pocos Mil Hijos que quedaban con vida, al ver a su Primarca al borde de la muerte y desterrado, huyeron. Pero, cuando Russ levantó la cuchilla glacial Mjalnar para asestar el golpe de gracia a Magnus, este pronunció una palabra y desapareció de golpe dejando tras él tan solo la mancha iridiscente de su figura".

Los datos de lo que sucedió a continuación se contradicen grandemente con lo que ocurrió la última noche en Prospero. De alguna manera, en los momentos finales de la Ciudad de la Luz, Magnus engañó a Russ y le privó de obtener la victoria total; y, al hacerlo esto, pagó el precio de aquello sobre lo que el Emperador le había advertido con anterioridad.

Todo lo que le importaba estaba ardiendo y Magnus intentó salvar aquello que conocía mejor. Magnus fue absorbido por las corrientes de la disformidad y allí encontró el conocimiento que buscaba. Sus hechiceros, su adorada legión, y toda la preciosa sabiduría que habían acumulado en las torres de plata de la Ciudad de la Luz todavía podían salvarse. Descubrió la solución mirando hacia atrás, como si aquello siempre hubiera estado allí, observando sus pasos y alterando su devenir a voluntad. Miró a los ojos a la encarnación de la hechicería, que le prometió conocimiento, poder y la salvación. Pero esta vez era de acuerdo a sus propios términos. Magnus ya no era el señor de los caminos, como él había pensado, sino su sirviente. Se dice que incluso entonces dudó Magnus, pero que, cuando pensó en su ciudad, sus trabajos, su sabiduría y sus camaradas, todo ello reducido a cenizas por orden de su propio padre, cambió de bando para siempre.

Y en aquel instante la Ciudad de la Luz, sus torres de plata e inmensas bibliotecas y la legión de los Mil Hijos se desvanecieron de la faz de Prospero para siempre. El siguiente lugar donde fueron vistos los Mil Hijos y su Primarca no fue otro que el sistema Istvaan, junto a Horus.

Los 70 leales liderados por el Capitán Garro, llevaron el carguero Eisenstein hasta la Disformidad. Debido a lo ocurrido en Istvaan III, todos sus psíquicos y navegantes murieron y la nave estaba en muy mal estado. Sin embargo, Garro consiguió llamar la atención de las naves leales cercanas autodestruyendo los motores de disformidad y permaneciendo en la nave a la espera de que alguien pudiera detectar su baliza. Los navegantes de una de las naves de los Puños Imperiales sintieron la detonación de los motores de disformidad y recogieron a los supervivientes.
El propio Rogal Dorn habló con Garro, que le explicó todo lo sucedido. La Eisenstein consiguió llegar finalmente hasta Terra y avisar al Imperio de lo que aconteció en Istvaan III.

Perturabo y sus Guerreros de Hierro reprimieron la rebelión en las calles de Olimpia pasando de una ciudad estado a la siguiente. Nadie era perdonado. Se trataba del principio de rendición o muerte y los Guerreros de Hierro se habían acostumbrado a proporcionar muerte. Perturabo contempló con frialdad cómo las igual de frías e inmóviles fortificaciones en las que su orgullo había crecido eran destruidas. Cuando finalizó la masacre, tras la muerte de cerca de cinco millones de civiles, Olimpia se vio reducida a la esclavitud.

Al ver arder las piras en la larga noche de Olimpia, los Guerreros de Hierro fueron dándose cuenta de la magnitud de sus actos: en un instante habían pasado de ser héroes de la humanidad (en el asalto de Hrud) a ser unos genocidas. Perturabo se sintió como un hombre que despierta tras una borrachera y encuentra sangre en sus manos y, pese a que solo recuerda a medias por qué sus manos están cubiertas de sangre, le atenaza un opresivo sentimiento de culpabilidad. Sabía que el Emperador nunca le perdonaría aquel crimen.

En ese terrible trance los Guerreros de Hierro recibieron noticias y nuevas órdenes. Las noticias habrían sido demoledoras en circunstancias normales; pero allí, oídas entre las ruinas que hedían a muerte, fueron apocalípticas. Los Lobos Espaciales de Russ habían atacado a los Mil Hijos de Magnus en Prospero. Horus se había convertido en un renegado junto con sus Hijos de Horus. Los Devoradores de Mundos de Angron y la Guardia de la Muerte de Mortarión también le apoyaban. Fulgrim y los Hijos del Emperador habían intentado razonar con Horus, pero, en lugar de ello, habían sido seducidos y se habían aliado con él. Ahora el universo entero excedía a los Guerreros de Hierro en locura. El arrepentimiento confuso de los Guerreros de Hierro dio paso al pensamiento de que, con el Imperio entero en llamas, sus excesos ahora eran irrelevantes.

En Signus Prime, Sanguinius estuvo cerca de morir a manos del poderoso Principe Demonio, Lord Ka�Bandha. �Las piernas del Primarca estaban rotas, pero en vez de acabar con el, el demonio le dijo: Tus piernas se podrán curar, pero esta herida será mucho más profunda.

Entonces, acabo con una ingente cantidad de Marines Espaciales de un solo ataque. La reacción psíquica a la muerte de tantos descendientes del Primarca le hizo desmayarse. Mientras el Primarca permanecía inconsciente, los restantes Ángeles Sangrientos entraron en un estado de locura asesina y acabaron con el resto de cultistas del Caos y demonios sin piedad. Cuando el Primarca despertó, los Marines Espaciales supervivientes estaban desesperados, la furia que habían sufrido había dejado una oscura sombra en sus almas�.

Los Portadores de la Palabra se volvieron contra los Ultramarines en Calth, momento en que las tropas de Roboute Guilliman se reorganizaron y comenzaron a realizar algunas escaramuzas contra ellos. Bajo la tutela del Hermano-Capitán Ventanus y por supuesto comandados por Roboute Guilliman, los Ultramarines fueron haciendo retroceder a los Portadores de la Palabra,  aunque no había un claro vencedor.

El principal problema de Rogal Dorn y Malcador el Sigilita eran las tormentas de Disformidad que asolaban la galaxia como una plaga, haciendo imposible el contacto con las legiones ni su status (leal o traidor). El Astronomicon fue reforzado con cientos de psíquicos al día tratando así de potenciar la señal, lo cual provocó la muerte de miles de psíquicos durante aquellos días. Sin embargo, se consiguió contactar con algunas legiones, lo cual no hizo sino confirmar las sospechas de Malcador y Dorn, la guerra se abría paso por toda la galaxia: en incontables mundos los rebeldes se volvían contra sus líderes, y un gran número de Comandantes Imperiales se habían unido a Horus. Muchos de esos renegados estaban lanzando además, ataques contra los planetas vecinos. Los tecno sacerdotes habían informado de que el Mechanicus también estaba dividido y la lucha entre las facciones leales y rebeldes había comenzado. Además, se habían detectado varios ataques alienígenas contra mundos humanos.

Aunque Malcador  se sumió en la depresión al ir recibiendo mensajes cada vez con peores noticias, Rogal Dorn se centró en los Primarcas. Los informes de las legiones decían que habían comenzado a luchar contra los levantamientos, lo cual tranquilizaba a Dorn pensando que sólo las legiones reunidas en Istvaan con Horus habían sido corrompidas. Es cierto que no podía contactar con muchas legiones, los Ultramarines  estaban muy lejos, aunque Dorn estaba tranquilo al estar bajo el mando de Guilliman, los Ángeles Oscuros le preocupaban más, ya que sabía que Horus les había encargado una misión, pero no sabia de que se trataba ni donde los había enviado. En Caliban sin embargo, comenzaron a llegar las primeras transmisiones en las que hablaban de guerra civil y traición. Sobre los Lobos Espaciales y los Mil Hijos, Dorn no sabía nada, y la información de los Ángeles Sangrientos era muy vaga, aunque sabía que Sanguinius había resultado herido.

Además de todo esto, se le negaba la entrada a Palacio donde el Emperador seguía trabajando en algo que era desconocido para todos, por lo que no podía pedirle consejo. En Marte, las peticiones de auxilio se acrecentaban, así que Dorn reunió a los oficiales en jefe presentes en Terra, Malcador, el Regente Imperial y el Señor Comandante Sor Talgron de los Portadores de la Palabra para decidir un plan de acción.

Había que proteger Marte por varias razones, ya que habían grandes depósitos de munición y equipo y podría utilizarse por el enemigo como base de operaciones. Además, allí se encontraban los nuevos modelos de servoarmaduras, que bajo ningún concepto deberían hacer en manos del enemigo. Cuatro compañías de veteranos de los Puños Imperiales y varios regimientos de las lunas de Saturno y Júpiter del Ejército Imperial liderarían el ataque. Las 40 compañías de los Portadores de la Palabra lideradas por Sor Talgron tenían otras órdenes.

Rogal Dorn ordenó a los Manos de Hierro, los Salamandras, la Guardia del Cuervo, los Amos de la Noche, la Legión Alpha, los Guerreros de Hierro y los Portadores de la Palabra que atacasen la base de Horus en el sistema de Istvaan, en Istvaan V.

Ferrus Manus llegó en primer lugar con 10 compañías de sus mejores veteranos. Fulgrim, Primarca de los Hijos del Emperador, y antaño mejor amigo de Ferrus, estaba esperándole. Ferrus era un Primarca muy vehemente, necesitaba enfrentarse a Fulgrim y arreglar sus cuentas pendientes, y eso era algo que Horus sabía muy bien. Comenzó el ataque inicial cuando supo que la mayoría de las legiones que faltaban estaban a unas pocas horas del punto de reunión, y se llevó a los Salamandras y la Guardia del Cuervo con él mientras que los Amos de la Noche, la Legión Alpha, los Guerreros de Hierro y los Portadores de la Palabra quedaban atrás.

Todo comenzó bien para las tropas leales. A pesar de que se enfrentaban contra Marines Espaciales, los planes de ataque de Ferrus se ejecutaron a la perfección. Cuando las legiones leales restantes aparecieron en el planeta, los traidores comenzaron a huir, sin embargo Horus sonreía.

Ferrus estaba obsesionado únicamente con Fulgrim. En las Colinas de Urgall, dos Primarcas lucharon a muerte:
�Al fin volvemos a encontrarnos. He esperado muchos meses para esto. Tu, al que una vez llamé amigo, ha traicionado al Emperador y me ha traicionado a mi. Voy a tomarme cumplida venganza con tu cabeza Fulgrim.�
�Eres un tonto Ferrus. Volví a ti debido a nuestra antigua amistad, no por despreciarla. El Universo esta cambiando, el viejo orden se ha rendido y uno nuevo esta floreciendo. Te ofrecí formar parte de el y me rechazaste. No voy a darte una segunda oportunidad de unirte a nosotros. El Emperador esta acabado. Incluso ahora esta ocupado con enigmas mientras su Imperio se resquebraja. Horus es el heredero correcto. Es el Emperador quien nos ha traicionado.�

�No esperaba menos de ti que esas sucias mentiras. ¿Cómo no eres capaz de ver la verdad? Horus es un loco. Un loco por el poder. Mira toda la muerte que hay a nuestro alrededor, no tiene justificación alguna. Yo soy un fiel servidor del Emperador, y a través de mi su voluntad y su venganza se verá cumplida.�

�No, Ferrus, eres tu el que está equivocado. Mira al norte, mira las fuerzas que tenemos desplegadas para detener tu paupérrimo ataque. Y mira ahora al sur. Las legiones que ves allí no son leales al Emperador, todos ellos han jurado lealtad a Horus.�

�Has sido engañado amigo mío. Te doy una última oportunidad para suplicarme que interceda por ti ante Horus y obtengas así una muerte honorable.�

Ferrus estaba totalmente desencajado al comprobar que las palabras de Fulgrim eran ciertas. �Jamás me arrodillaré ante ti, ni ante ninguno de los tuyos. Los guerreros leales del Emperador no se rinden jamás, tendrás que acabar con cada uno de nosotros para obtener la victoria.�

�Así será. Lamento que hayamos llegado a este punto.�

Se cree que fue Alpharius quien planeó toda la operación junto a Horus. De las tres legiones leales de Istvaan V, sólo un puñado de supervivientes escaparon, incluyendo un seriamente dañado Corax, Primarca de la Guardia del Cuervo. No se volvió a saber nada de Vulkan, y se le cree muerto.

Mientras ocurrían los sucesos de Istvaan V, cuatro compañías de Puños Imperiales y varios regimientos del Ejército Imperial se dirigieron a poner orden en Marte. Bajo el mando del Capitán de la Segunda Compañía, Camba-Díaz, los primeros pasos del asalto fueron bastante exitosos, y en poco tiempo se hicieron con el control de Mondus Gamma y Mondus Occullum, las principales fábricas de munición y servoarmaduras del planeta.

Fue una victoria momentánea, ya que las facciones leales del Mechanicum eran muy inferiores a las traidoras. Además, utilizaron siete Legiones de Titanes, por lo que en pocas horas habían recuperado las fábricas y expulsado a las tropas leales. Marte cayó así en manos del enemigo, junto a las nuevas servoarmaduras Mk5 y Mk6.

Malcador el Sigilita y Rogal Dorn fueron llamados por fin ante el Emperador. Ambos lo miraban arrodillados a su trono situado a más de diez metros de altura sobre ellos. Él no se movía, y las energías psíquicas volaban a su alrededor. El Emperador estaba colocado sobre una gran máquina dorada frente a una puerta increíblemente grande. La sala en la que se encontraban era enorme también, pudiendo alojar sin dificultad a cinco o seis compañías de Marines Espaciales e incluso a un Titán Warhound.

El Emperador abrió lentamente sus ojos y miró a las dos figuras que se arrodillaban ante Él. �Estáis aquí. Hay mucho que hacer y el tiempo corre en nuestra contra por lo que seré breve�.

�Más allá de estas puertas doradas se extiende una vasta red de túneles. No son corredores ordinarios. Fueron construidos hace eónes por una raza más antigua que nuestro sol. Los túneles no pasan a través de la roca de este palacio sino por la misma Disformidad. La red de túneles es inimaginablemente largo y complejo, por lo que es muy complicado hacer un mapa. Sin embargo, es posible viajar al otro lado del Imperio en un abrir y cerrar de ojos si uno es capaz de guiarse a través de los portales correctos. La localización de estos portales es uno de los grandes secretos de la raza que construyó esta gran red.�

�Como llegué a obtener este conocimiento es algo que no os concierne, pero sabed que este trabajo es fruto de varias décadas de esfuerzo que comenzó cuando comencé a edificar mi Palacio en lo alto de esta montaña. Su construcción representa el primer paso para la colonización por parte de la humanidad de esta red de túneles y su liberación de los viajes a través de la Disformidad y la astrotelepatía. Desafortunadamente, los eventos que nos han traído hasta aquí han conspirado contra mis planes y por ello nos encontramos ante una gran crisis.�

�El portal que he construido y el pequeño pasaje posterior requiere constante atención para que no se derrumbe. Al principio podía pasar la mayor parte del tiempo dirigiendo mis ejércitos pues exigía de mi una pequeña porción de mis poderes psíquicos. Sin embargo, los Dioses del Caos consiguieron tentar a Magnus que utilizó su poder psíquico para enviarme un mensaje advirtiéndome de la traición de Horus. Su mensaje fue tan intenso que derribo todas las protecciones psíquicas que había levantado para proteger el portal y ahora requiere de toda mi concentración para mantenerlo activo. Además, la rotura de mis protecciones psíquicas ha hecho que las fuerzas del Caos hayan podido acceder hasta el.�

�Mientras hablamos, una guerra secreta esta teniendo lugar en la red. Mis propios guardaespaldas Custodes están enfrentándose contra las hordas de demonios surgidas de la Disformidad, y aún existe una pequeña esperanza de victoria. Si consigo reparar los daños causados por Magnus y mis Custodes se hacen con el control de la batalla quizás aún me quede tiempo para cumplir con mi plan.�

�Sin embargo, pronto deberá ausentarme, ya que Horus planea atacar Terra. Ansía mi corona, y no descansará hasta que me venza en combate. Debo combatir contra él en persona si esa es la única forma de detenerle. Por lo tanto, alguien debe de ocupar mi lugar en este trono mientras me enfrento al Traidor, esa persona debe de ser uno de los psíquicos más poderosos, aunque es muy posible que no sobreviva a la experiencia. Mi primera elección fue la de Magnus, pero creo que eso ya no será posible. Se le ha convencido de unirse contra nosotros a pesar de que finalmente actuó de forma correcta. ¿Estas preparado para esta tarea Malcador?

�¡Por supuesto que si señor! Siempre ha sabido que estaba dispuesto a dar mi vida por usted.

�Gracias. Queda mucho trabajo por hacer. Dorn, asumirás el control absoluto del mando de las defensas. Debes comenzar de inmediato los preparativos para la defensa del Palacio y de Terra. El Palacio Imperial debe mantenerse firme ante el ataque enemigo. Debes detener su intento de tomar esta sala y lo que os he mostrado, o significará el fin de la humanidad. Necesito tiempo, tiempo para conseguir arreglar los daños causados por Magnus y frustrar los planes del Señor de la Guerra. Si Horus se siente acorralado, bajará la guardia y me permitirá enfrentarme a él.�

�Sin embargo, temo que al derrotarle no termine el problema. Las acciones de Horus y sus secuaces tendrán consecuencias funestas en el futuro y mucho más allá aunque mi clarividencia no me permita verlo. Malcador, debes elegir tus hombres entre los que demuestren un mejor carácter, habilidad y determinación. Esos hombres deben ser rigurosamente entrenados para asegurar que son del más alto calibre y que su lealtad hacia mí es irrompible. Esos hombres serán los primeros de un grupo de élite de investigadores que arrancarán de raíz cualquier herejía allí donde se esconda. Tu también debes prepararte para el terrible sacrificio que se te va a pedir.�

�¡Id ahora! Ambos sabéis ya lo que debe hacerse, y yo tengo que concentrar toda mi atención en esta máquina. Os llamare cuando llegue el momento.�

Como el Emperador había revelado a Malcador y Rogal Dorn, la repercusión que el aviso de Magnus había tenido en el portal de la red había sido devastador. La red estaba construido con un material físico y psíquico al mismo tiempo, por lo que al romperse las protecciones del Emperador, muchas de las secciones de los túneles habían quedado expuestas a la Disformidad y los Demonios y demás criaturas de la Disformidad comenzaban a invadir los pasillos próximos al Trono Dorado.

Tras el incidente de Magnus, el Emperador consiguió cerrar estas secciones con su gran poder, pero las fuerzas invasoras que ya estaban dentro libraban ahora una guerra contra la Legion Custodes, los guardaespaldas del Emperador. Junto a ellos, estaba un contingente de las Hermanas del Silencio, de las que el Emperador pensaba que serían de gran ayuda en esta lucha debido a su inexistente presencia en la Disformidad.

La táctica de los defensores era clara. Mientras los Custodes realizaban un bloqueo para permitir a los trabajadores del Mechanicum reparar las grietas, las Hermanas del Silencio se lanzaban a la carga contra las hordas demoníacas. Lentamente iban consiguiendo recuperar el terreno, aunque de vez en cuando slgún bloqueo era traspasado y el combate llegaba peligrosamente cerca del Trono Dorado. Los Dioses del Caos comenzaron entonces a enviar algunas tropas de Marines Espaciales y Titanes traidores para reforzar el combate.

Tras la batalla de Istvaan V, Horus estaba muy satisfecho. Ferrus Manus había muerto, mientras que Corax y Vulkan estaban desaparecidos. Contaba con los Primarcas Mortarion, Fulgrim, Angron, Acechante Nocturno, Perturabo, Alpharius, el Fabricador General de Marte Kelbor-Hal y muchos oficiales alto rango de todas las legiones traidoras.
�Hemos conseguido mucho, pero aún más nos espera. Nuestra victoria aquí no servirá de nada si no seguimos adelante. Ahora es el momento de llevar esta guerra hasta el propio  Emperador. Hemos de prepararnos inmediatamente para un asalto al Palacio Imperial y la invasión de Terra. No va a ser una tarea fácil.�

�Olvidaos de lo que hemos hecho hasta ahora, el Emperador y sus seguidores pelearán muy duro. Sin duda, aún queda mucha sangre por ser vertida, tanto suya como nuestra. Pero el precio es la galaxia. ¿Estáis conmigo?�

Todos los guerreros asintieron a una: �¡Victoria para Horus! ¡Muerte al Emperador! ¡Muerte al Emperador!�

Fulgrim había solicitado una audiencia privada con Horus, en la que le presentó la cabeza de Ferrus Manus tal y como le había prometido al Señor de la Guerra. Sin embargo, Fulgrim ya no era tal. Había sido poseído por una entidad de la Disformidad de Slaanesh, y así se lo hizo saber a Horus. El demonio llevaba ya mucho tiempo tentando a Fulgrim, y por fin había tomado posesión de se cuerpo. Se alió con Horus, aunque este no estaba nada contento con la situación, y juró liberar a su hermano una vez todo hubiera terminado.

Horus comenzó a distribuir sus tropas. Lorgar se puso al mando de los Portadores de la Palabra que tomaron parte en Istvaan V, ya que el resto de la Legión se encontraba luchando contra los Ultramarines en Calth. Las legiones de Mortarion, Fulgrim, Angron y el propio Lorgar tenían orden de partir hacia Marte, que ya dominaba Horus. A ellos se les unirían los Hijos de Horus. Allí se equiparían con nuevas armas y armaduras y comenzarían el ataque a Terra.

El Acechante Nocturno partiría con su Legión hacia Tsagualsa en la Franja Este, donde atacaría los sistemas de Heroldar y Thramas, ya que suponían un claro peligro para el ataque de Horus, sobre todo en el caso de Thramas, que contaba con varios Mundos Forja desde los cuales los Leales podrían reabastecerse. Además, se había avistado a los Ángeles Oscuros por la zona, por lo que deberían neutralizarlos si los encontraban.

Los Cicatrices Blancas se encontraban en el Sistema Chondax, y la Legión Alpha con Alpharius a la cabeza fueron elegidos para destruirles. Los Lobos Espaciales también se encuentran por ese sector, ya que acababan de atacar Prospero, por lo que la misión de Alpharius se complicaba, siendo su principal objetivo el retrasar a ambas legiones lo máximo posible si es que no conseguía destruirlas.

Las tropas Leales más cercanas estaban en el interior del Sistema Phall, un grupo de Puños Imperiales que llevaba tratando de apoyar a las fuerzas ofensivas que participaron en Istvaan V y que estaban bloqueados debido a unas intencionadas Tormentas de Disformidad que los Dioses del Caos habían desencadenado para Horus. Mortarion se encargaría de ellos, con las órdenes claras por parte de Horus de reunirse con el en Terra una vez hubiera terminado para reforzar el Palacio Imperial que ya estaría en su poder.

Además de todos estos movimientos, Magnus el Rojo se puso en contacto con Horus para unirse a él por lo sucedido con el Emperador y los Lobos Espaciales tras destruir Prospero. Ahora, los Mil Hijos se encontraban esperando órdenes de Horus en las lunas de Fasdahn-Oryx.

Los supervivientes de Istvaan V comenzaban a llegar, y con ellos las terribles historias de lo que allí había ocurrido. Entre las pocas buenas noticias que pudieron concluirse, se recuperó con vida el cuerpo del Primarca Corax, aunque gravemente herido.

Rogal Dorn debía empezar a moverse, la Legión leal más cercana era la de los Cicatrices Blancas, a la que Dorn envió la orden de volver a Terra. Los Lobos Espaciales, Ángeles Sangrientos, Ultramarines y Ángeles Oscuros también fueron avisados, pero Dorn no tenía posibilidad de saber si el mensaje había llegado a su destino. Los Puños Imperiales que envió a apoyar a las legiones de Istvaan V también trataron de ser contactados.

Esta fuerza de los Puños Imperiales llevaba meses incomunicada y aislada en el Sistema Phall, donde habían adquirido los dos planetas del Sistema como base de operaciones. Eran Mundos Agrícolas y en seguida, comenzaron a establecer maniobras de rutina, entrenamiento y naves de exploración mientras los astrópatas trataban de contactar con Terra o con las legiones leales.

De repente, las Tormentas de Disformidad se dispersaron y con una rapidez increíble, las fuerzas de Perturabo entraron en el sistema destruyendo una gran cantidad de naves de los Puños Imperiales. Sólo gracias a la rutina impuesta por los Puños Imperiales, consiguieron contraatacar de forma efectiva, estaban preparados y alerta, por lo que consiguieron repeler el ataque e incluso hacer retroceder a los Guerreros de Hierro.

Sin embargo, cuando los Puños Imperiales iban a lanzar la ofensiva definitiva para expulsar a sus enemigos, los astrópatas consiguieron contactar por fin con Terra, donde se les ordenaba regresar al planeta lo antes posible. Con una disciplina encomiable, no fueron tras los Guerreros de Hierro y se dispusieron a partir hacia Terra sin que Perturabo consiguiera impedírselo.

Tras la Limpieza de Prospero, los Lobos Espaciales se encontraban en el sistema Chondax, muy cerca de donde se encontraban acuartelados los Cicatrices Blancas. De repente, la Legión Alpha emergió de la Disformidad para castigar al diezmado grupo de Lobos Espaciales y a los Cicatrices Blancas.

Jagahatai Khan deseaba ayudar a Russ desesperadamente, pero recibió la orden por parte de Rogal Dorn de volver con su flota a Terra inmediatamente. Además, le pidió que informara de ello a Russ y que hiciera lo propio con su Legión tras esquivar a la Legión Alpha. Tras pasar el mensaje a Russ y transmitirle sus disculpas, los Cicatrices Blancas partieron hacia Terra. Russ estaba furioso. Con sólo una cuarta parte de su Legión iba a tener que enfrentarse a la Legión Alpha.

Mortarion partió con su flota camino a Marte para preparar el asalto. Mientras surcaban el Inmaterium, unas Tormentas de Disformidad les salieron al paso poniendo en duda la posibilidad si quiera de participar en el combate. Sin embargo, tras un corto periodo de tiempo se calmaron para recibir al Destructor, el Dios del Caos de Nurgle que cambió a esta Legión para toda la eternidad.

Para la Guardia de la Muerte no había nada peor que la visita de Nurgle, ya que desde siempre habían tenido una gran fama por haber soportado todo tipo de condiciones adversas. La plaga se extendió por toda la flota, convirtiendo a los orgullosos Marines en enormes visiones de enfermedad física. Para Mortarion fue aún peor, ya que sufrió una transformación extrema, e incluso se dice que llegó a rogar al Emperador que perdonase sus pecados y le permitiera morir.

Sin embargo, tras el cambio de su Legión y el suyo propio, se dio completamente a Nurgle, que tomo a la Legión como suya. Cuando la Guardia de la Muerte salió de la Disformidad no tenía nada que ver con lo que algún día fue.
La guerra en la telaraña se complica. A pesar de que la Legión Custodes y las Hermanas del Silencio parecían tener la partida ganada en un principio, cada vez había más demonios y fuerzas del Caos. Cada baja de los leales se notaba en exceso, y por cada Demonio enviado de nuevo a la Disformidad había cientos dispuestos a reemplazarlos.

Los combates eran cada vez más críticos, e incluso en una ocasión un Gran Demonio de Khrone llegó hasta la sala del trono del Emperador, momento en el que la Hermana Celia Harroda tuvo que intervenir para acabar con él, muriendo en el intento.

Como ese, hubieron muchos actos de sacrificio, pero el que más sufrió de todos fue el Emperador, ya que una vez que su Legión Custodes y las Hermanas del Silencio no pudieron contener por más tiempo a las hordas del Caos, tuvo que concentrar todo su espíritu en mantener el portal cerrado y evitar así que los enemigos entrasen en el palacio. El Emperador estaba encerrado en el Trono Dorado.

Rogal Dorn cada vez estaba más preocupado, ya que prácticamente no había podido contactar con ninguna de las Legiones de Marines Espaciales que podían prestarle ayuda. Los primeros en llegar fueron el resto de la Legión de los Puños Imperiales que habían combatido con Perturabo. Los sensores de Terra les detectaron al salir de la Disformidad cerca del punto de salto de Urano. Con muy poco tiempo de diferencia, también se detectaron a las Legiones de los Cicatrices Blancas y los Ángeles Sangrientos.

Todo comenzó a prepararse, Terra se rodeó de estaciones de defensa y minas, mientras poco a poco se iban detectando cada vez más contactos enemigos que se reunían Marte. El combate final estaba a punto de comenzar.
Tras destruir sin apenas esfuerzo las defensas exteriores, Horus comenzó el bombardeo orbital el trigésimo día de Secundus. La guerra había estallado no sólo en Terra, sino en toda la galaxia, ya que los Gobernadores locales que comulgaban con las ideas de Horus comenzaron a alzarse en armas en sus respectivos sistemas.

El cielo de Terra se ennegreció al comenzar a caer las cápsulas de desembarco. Los Primarcas Angron, Mortarion y Lorgar lideraban a sus respectivas legiones en el ataque. Angron, Primarca de los Devoradores de Mundos, lanzó a sus tropas contra el espaciopuerto del Muro de la Eternidad, mientras que las otras dos Legiones continuaban el asedio.

No se saben con certeza las razones por las que muchas de las tropas leales del Ejército Imperial se volvieron contra el Emperador. La primera consecuencia de uno de los mayores actos de traición en la historia de la humanidad, hizo que el a priori bien defendido espaciopuerto de la Puerta del León cayera en manos enemigas rápidamente.

Horus comenzó entonces el ataque final, y sus astronaves comenzaron a descender con el resto de sus ejércitos. Muchas fueron destruidas por las defensas terrestres, pero según iban aterrizando, las defensas iban cediendo por ser el primer objetivo de los traidores. El espaciopuerto del Muro de la Eternidad no tardó en caer en manos enemigas.

Con los espaciopuertos tomados, las legiones Traidoras junto a la Legión de Titanes se encaminaron a los Muros del Palacio Imperial. La lucha entonces, se hizo aún más encarnizada. Durante días las bajas siguieron aumentando, y las tropas leales fueron retrocediendo poco a poco. La estructura de los muros exteriores del Palacio Imperial eran laberínticos, por lo que cada vez que los atacantes conseguían entrar los defensores podían retroceder y seguir combatiendo por sus estrechos corredores, lo cual les confería una ventaja importante.

El demonio que ocupaba el cuerpo de Fulgrim, pensó que la lucha no tenía demasiado sentido para él, ya que por muchas tropas que se enviaran contra el palacio eran repelidas una y otra vez, así que sacó de allí a su Legión y comenzaron una verdadera oleada de destrucción por todo el planeta, un planeta completamente desprotegido en ese momento.

Los Cicatrices Blancas llevaban todo el combate realizando ataques por los flancos de las tropas enemigas, pero el Gran Khan decidió realizar otra estrategia. Al abrigo de la noche, lanzó un ataque al espaciopuerto de la Puerta del León, ahora prácticamente sin defensas. Consiguió capturarlo y crear un perímetro defensivo, y comenzó a disparar las baterías láser a las naves que seguían tratando de desembarcar su mortífera carga contra el Palacio Imperial, por lo que privó a los traidores de refuerzos.

Al ver esto, muchas tropas leales trataron de tomar también el espaciopuerto del Muro de la eternidad, pero en esta ocasión fueron totalmente repelidos por los traidores.

Los muros exteriores del Palacio fueron finalmente superados gracias a los Titanes del Caos, y los traidores consiguieron acceder a lo que una vez fueron los Jardines del Palacio Imperial. La lucha fue encarnizada, se cavaron trincheras y los Titanes ya no podían realizar eficientemente su trabajo, ya que el espacio era muy reducido y quedaban expuestos con demasiada facilidad a las armas súper pesadas de los defensores.

Rogal Dorn y Jaghatai Khan estaban actuando fuera de Palacio, por lo que Sanguinius fue el encargado de organizar la última defensa. Ordenó a La Legio Custodes que realizase contraataques contra los enemigos, mientras que él y sus Ángeles Sangrientos formarían delante de la Última Puerta.

Los ataques de los Custodes eran muy efectivos, pero su número era muy limitado y poco a poco tuvieron que retirarse del combate. De la multitud de traidores, surgió una figura imponente que, tras desplegar sus alas se dirigió rápidamente hacia donde estaba Sanguinius. Éste, lo reconoció en seguida. Era Ka�bandha, el Principe Demonio al que se había enfrentado antes de regresar a Terra y que estuvo a punto de matarlo. El demonio que había dejado aquella inconfesable mancha en lo más profundo de su Legión.

En lo más alto de la Última Puerta, las dos poderosas figuras se enzarzaron en un violento combate. Se hizo el silencio, y ambos bandos detuvieron los combates para asistir a semejante espectáculo. Sanguinius consiguió dejar tuerto al demonio con su espada, pero este le dañó un ala al Primarca haciéndole caer. Mientras se precipitaba, Ka�bandha agarró a Sanguinius y los estampó contra el suelo a pesar de que el Ángel Sangriento consiguió herirle en el costado.

Ka�bandha se preparó para asestarle el golpe final, pero Sanguinius, haciendo acopio de sus últimas fuerzas, agarró al demonio de la muñeca y lo subió muy alto, para hacerlo caer como instantes antes le había ocurrido a él. El sonido al romperse la espalda del demonio dejó claro que el combate había terminado. Sanguinius, rodeado por crepitantes ondas de energía, levanto a su enemigo por encima de su cabeza y lo arrojó a las hordas de traidores. La batalla se reanudó, y Sanguinius marchó a la retaguardia debido a sus importantes heridas.

Rogal Dorn volvió poco después al Palacio a bordo de su gran Fortaleza Celeste, una cañonera fuertemente fortificada. Malcador había hecho una llamada para que los dos Primarcas y sus legiones volvieran al Palacio. Tras dejar a Dorn, la Fortaleza Celeste partió de nuevo a buscar al Gran Khan, pero fue derribada por los Titanes del Caos. Las tropas leales estaban ahora completamente solas.

El Emperador llamó por fin a Malcador: �El tiempo apremia Malcador. Horus cree que sus psíquicos me han impedido ver que ocurre fuera de Terra, pero soy mucho más poderoso de lo que puede imaginar. Los Lobos Espaciales están muy próximos a Terra, mientras que los Ultramarines y los Ángeles Oscuros vienen de camino hacia aquí. Él sólo puede terminar con esto enfrentándose a mí en persona. Actuará imprudentemente desoyendo a sus consejeros. He de estar preparado para tomar ventaja de su error. ¿Estas preparado para ocupar tu lugar en el Trono?�
�Por supuesto mi señor. Siempre he estado dispuesto a pagar la deuda que tengo hacía vos. Desde la primera vez que nos vimos, mi vida ha sido tuya.�

�Gracias viejo amigo. Serás recordado por tu sacrificio.�

Antes de subir al trono, Malcador trajo ante el Emperador a doce hombres, los mejores que había podido reunir tal y como le había pedido el Emperador. Cuatro de ellos no eran Marines Espaciales, mientras que los otros ocho, eran Marines de las legiones Traidoras que habían renunciado a sus propios hermanos manteniéndose leales a su verdadero Padre. Todos ellos eran grandes psíquicos.

�Malcador, has elegido bien. Estos ocho Marines Espaciales tendrán un importante papel que cumplir en el futuro del Imperio. Mantenlos en secreto.�

Las tropas del Caos se iban abriendo camino por las cada vez más debilitadas defensas del Palacio Imperial. Horus, desde su astronave, el Espíritu Vengativo, comenzó a realizar los preparativos para teletransportarse a Terra y dirigir personalmente la ofensiva final. Sin embargo, Erebus, de los Portadores de la Palabra, informó al Señor de la Guerra de las tres legiones leales que se encaminaban hacia Terra.

Horus actuó exactamente como había predicho el Emperador. Se puso furiosos por la victoria que las legiones leales habían obtenido fuera de Terra, y que harían prácticamente sin ninguna duda, que la batalla se desnivelase hacía el lado del Emperador. Dio la orden de bajar los escudos de su nave a pesar de los avisos de sus consejeros.

El Emperador se teletransportó a la nave de Horus. A pesar de que iba a ir sólo, tanto Rogal Dorn como Sanguinius no le dejaron partir sin ellos, así como un selecto grupo de sus guardaespaldas de la Legio Custodes.

Al llegar a la nave de Horus, el Emperador se dio cuenta de que algo había salido mal. Sus dos Primarcas no estaban junto a él, y sólo se encontraba con unos cuantos de sus guardaespaldas. El poder de Horus había llegado a tales extremos que fue capaz de conseguir separar al pequeño grupo de asalto del Emperador.

La nave tenía vida propia, y se fue llevando uno a uno a los guardaespaldas el Emperador. Cuando se quedó sólo, la nave le permitió acceder al puente de mando donde le esperaba Horus, con su garra de combate chorreando sangre. El cuerpo destrozado de Sanguinius estaba a los pies del Señor de la Guerra, que había conseguido teletransportarlo directamente hasta él. Ambos fueron grandes amigos en los días previos a la herejía, y Horus le ofreció un lugar a su lado. Pero Sanguinius se mantuvo leal al Emperador, y a pesar de sus heridas luchó contra Horus.

En el momento de la muerte de Sanguinius, todos los Marines Espaciales de los Ángeles Sangrientos tuvieron la visión de la muerte de su Primarca. Eso hizo que brotase en ellos la Rabia Negra que Ka�bandha había hecho aparecer en ellos y cargaron contra las tropas enemigas con una furia incontenible.

No atendían las órdenes de sus aliados, por lo que a pesar de las llamadas de los Puños Imperiales para que se reagruparan, les dejaron solos defendiendo la Última Puerta del Palacio del Emperador mientras ellos seguían avanzando destrozando a todo aquel que se ponía por delante.

Tras ver a su Primarca muerto, el Emperador sólo pudo articular un �¿Por qué?�.

�¿¿Porqué?? ¿Me preguntas porqué? Todos estos siglos luchando para nada. Estúpido enclenque, tu timidez te ha impedido dominar los poderes del Caos. Yo he hecho lo que tu nunca pudiste, he doblegado los poderes ruinosos a mi voluntadm y lideraré a la humanidad hacia una nueva era de supremacía galáctica. Lo he conseguido, Yo, Horus, Maestro del Caos, Señor de la Raza Humana, Verdadero Emperador de la Humanidad.�

El Emperador miró con tristeza al que una vez fue su hijo predilecto y le dijo apenado: �Ningún mortal puede dominar al Caos. Me crees débil por no seguir este camino, pero te estas engañando a ti mismo. Eres el sirviente del Caos, no su maestro.�

Tras un tremendo ataque psíquico, el Emperador se retorció de dolor. �Siente la verdadera naturaleza de mi poder y dime ahora que soy un esclavo� dijo Horus. El Emperador había sentido por primera vez las fuerzas de la Disformidad en el cuerpo del Señor de la Guerra. Con toda la fuerza de voluntad que fue capaz de reunir, el Emperador deshecho el ataque de Horus y se dispuso a combatir.Las armas entrechocaron entre si y el combate comenzó a todos los niveles, física, espiritual y psíquicamente.

A pesar de las atrocidades que Horus había cometido, el Emperador sabía que en el fondo seguía siendo su hijo predilecto, el más aventajado de entre todos los Primarcas. Esto le hizo contenerse en el combate, y tratar siempre de no matarle. Sin embargo, Horus no mostraba piedad alguna, y poco a poco el combate se iba decantando a su favor.

Un golpe de su garra de combate atravesó la armadura del Emperador, quién trató de contraatacar con una embestida psíquica. Sin embargo, Horus la repelió sin esfuerzo alguno y lanzó otro golpe, esta vez en la garganta atravesando la traquea y afectando a la yugular y un ojo. Otro golpe destrozó la muñeca del Emperador cortando los tendones evitando así que pudiera sostener la espada.

Con un puñetazo le rompió varias costillas, tras lo cual, lo alzó por encima de su cabeza y le rompió la columna vertebral con la rodilla. El Emperador estaba herido de muerte.

De repente, uno de los guardaespaldas del Emperador apareció en cubierta y cargó contra Horus. Desapareció en un segundo, pero fue este el momento en el que el Emperador comprendió que era imposible salvar ya a su hijo. Concentrando todo su poder en un único ataque psíquico, destruyó a Horus para siempre. Mientras Horus moría, sintió como las fuerzas lo abandonaban y la cordura volvía al Señor de la Guerra.

Sólo pudo decir unas cuantas palabras antes de morir: �He sido un tonto. Estaba tan equivocado�todo esta arruinado. Te he traicionado�padre. No quiero pedirte perdón�termina mi tormento�¡matame!. Estoy demasiado débil para resistir�me están llamando�por favor, termina con esto.�

El Emperador sabía que los poderes del Caos podían volver a Horus en cualquier momento, por lo que, a pesar de sus sentimientos, terminó con Horus para siempre.

Rogal Dorn tuvo que abrirse paso por la nave de Horus para llegar hasta el puente de mando, donde, junto a varios guardaespaldas del Emperador, le vio tendido junto a Horus y Sanguinius. Tras comprobar que aún no había muerto, pudo oír las órdenes de su señor: �El Trono�el Trono Dorado�¡llévame allí ahora!.� Junto a los Custodes y Sanguinius, se teletransportaron de nuevo al Palacio del Emperador.

Jagathai Khan estaba esperándoles. Las tropas enemigas habían huido al morir Horus, los demonios se desintegraban y las fuerzas leales tomaban rápidamente el control de Terra de nuevo. Siguiendo las órdenes del Emperador, le llevaron al Trono Dorado, donde varios Tecno-Sacerdotes estaban esperándolo. Malcador, ahora ya irreconocible, murió justo en el momento que lo desconectaban del gigantesco aparato.

Con sus últimas fuerzas, el Emperador se dirigió a los allí reunidos: �Mi pobre y valiente Malcador el Héroe. Me ha guardado un fragmento de su fuerza para que pueda dirigirme a vosotros. Si hacéis lo que os digo, entonces no moriré, mi espíritu al menos podrá sobrevivir. Mis lesiones son muy graves, mucho más de lo que había esperado, pero menos  de lo que había temido. Mis poderes psíquicos volverán a mí con el paso del tiempo pero mi cuerpo jamás sanará. No volveré a caminar entre vosotros. Ahora estoy condenado a pertenecer a esta máquina para siempre. Mis leales guardaespaldas y guardianes saben lo que hay que hacer. ¡Debéis hacer lo que os digan!�

�Dorn y Jaghatai, tenéis mucho trabajo que hacer. Aunque la cabeza de la serpiente ha sido destruida, su cuerpo sigue amenazando a toda la humanidad. Vosotros y vuestros leales hermanos debéis luchar contra ellos. Limpiad la traición de nuestras estrellas. No debemos permitir nunca más que los Poderes Ruinosos del Caos tengan otra posibilidad.�

�¡Ahora marchad! Sabéis lo que tenéis que hacer. Hacedlo bien. El universo tiene aún muchos horrores que mostrarnos, este no es el final de la lucha. Este es simplemente el comienzo de nuestra cruzada para salvar a la humanidad.�

�¡Sed fieles! ¡Sed fuertes! ¡Permaneced Vigilantes!�

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Espero que os haya gustado.

un saludo
Título: Re: La Herejía de Horus
Publicado por: zadeus en 26 de Marzo de 2007, 19:03:22
es un relato tremendo, y eso que ni siquiera he acabado de leerlo

MIL gracias, miguel, por todas esas recopilaciones, pero con esta te has superado
Título: Re: La Herejía de Horus
Publicado por: miguel en 26 de Marzo de 2007, 20:30:35
De nada hombre, un placer.  ;)

A ver, repasando por ahí voy a poner unas cuantas dudillas:

- Los 12 que trae Malcador se supone que formarána  posteriori la Inquisición y los Caballeros Grises? Los ocho Marines formarán los Caballeros Grises y los otros cuatro la Inquisición?

- Que pasa con Garro y su gente? Alguno formará parte de los ocho Marines?

- Qué es del Fabricador General? Muere?

- Y con Vulkan? Su historia posterior es contradictoria, ya que por un lado he leído que se opone junto con Russ a la Segunda Fundación pero por otro se dice que no se volvió a saber nada de él.

- Y por último. La Purificación de Laeran. Segñun la web de GW, esta lucha tiene lugar en el 893.M41 por los Hijos del Emperador. La Segunda Fundación tiene lugar en el 021.M31, y en el relato se habla de Aguilas Imperiales y de unos Hijos del Emperador muy comprometidos con la causa Imperial. ¿Cagada? Todo indica que así es.

Eso es todo, un saludo
Título: Re: La Herejía de Horus
Publicado por: Gonfrask en 27 de Marzo de 2007, 00:24:09
Buena recopilacion, vamos a tratar de responder a lo que yo sé:


- Los 12 que trae Malcador se supone que formarána  posteriori la Inquisición y los Caballeros Grises? Los ocho Marines formarán los Caballeros Grises y los otros cuatro la Inquisición?

En aquella epoca aun no existian las 4 facciones de la Inquisicion, posiblemente si se traten de los 4 grandes maestros de las principales ordenes del Oficio Assesinarum (en el Codex Asesinos antiguo queda escrito que estos acabaron presentandose al Emperador, que reconocio su labor). Posiblemente, por como dicen que eran grandes conocedores del Caos fuesen los que acabasen dando pie a los Caballeros Grises

- Que pasa con Garro y su gente? Alguno formará parte de los ocho Marines?

Muchas leyendas hay de Garro, que murió en la defensa de Terra, murió en un calabaozo tras el asedio al no ser judgado nunca o que terminó haciendo malo. Si forma parte de esos 8 marines ya lo veremos

- Qué es del Fabricador General? Muere?

Es el titulo del Alto Señor que representa al Adeptvs Mechanicus en el Alto Consejo de Terra, posiblemente no muera nunca ya que los grandes señores del Adeptvs Mechanicus clonan sus cuerpos cuando van a morir y "transfieren" sus mentes a estos cuerpos nuevos. Aunque es posible que este titulo vaya siendo concedido a otros pasados unos años.

- Y con Vulkan? Su historia posterior es contradictoria, ya que por un lado he leído que se opone junto con Russ a la Segunda Fundación pero por otro se dice que no se volvió a saber nada de él.

Fue Vulkan el que se quejó con Leman? no fue Dorn? Hay que comprobarlo

- Y por último. La Purificación de Laeran. Segñun la web de GW, esta lucha tiene lugar en el 893.M41 por los Hijos del Emperador. La Segunda Fundación tiene lugar en el 021.M31, y en el relato se habla de Aguilas Imperiales y de unos Hijos del Emperador muy comprometidos con la causa Imperial. ¿Cagada? Todo indica que así es.

Nada, un baileo de cifras y mala escritura
Título: Re: La Herejía de Horus
Publicado por: miguel en 27 de Marzo de 2007, 17:34:25
Buenas.

Qué 4 facciones? Ordo Malleus, Ordo Xenos y Ordo Heréticus. El resto son Ordos Minoris, con la Ordo Sicarius que es la encargada del Oficio Assassinorum, la Ordo Sepulturum, de reciente creación (13ª Cruzada Negra). He leído que hay una tercera Ordo Minoris creada en la Herejía de Horus pero que se desconoce su nombre. ¿Alguien tiene más información?

No creo que los cuatro elegidos de Malcador fueran los cuatro señores del Assassinorum, mucho poder para un Ordo Minoris. Sin embargo, si podrían ser los señores de cada una de las facciones de la Inquisición como dices, aunque me sigue faltando una  :P.

Aunque como bien dices hay muchas leyendas sobre Garro, algunos dicen que reaparecen a lo Legión de los Condenados para ayudar, otros que se retiraron al Ojo del Terror y se convirtieron al Caos, y otros simplemente dicen que murieron en la batalla. Algunos textos hablan de Garro y sus chicos como las primer muestras genéticas de los Caballeros Grises, ya sabéis, psíquicos excepcionales pero a la vez Marines Espaciales.

Lo del Fabricador General es curioso, porque aunque clone su cuerpo y transfiera su mente al nuevo, seguiría siendo un personaje que lucho contra el Emperador al lado de Horus...¿Cómo se reestructuró el Mechanicus después de la Herejía?

A ver si encuentro algo más concreto sobre Vulkan.

un saludo
Título: Re: La Herejía de Horus
Publicado por: miguel en 27 de Marzo de 2007, 22:23:36
No se en que estaba pensando.

Vamos a ver, esos cuatro señores no pueden ser los señores de las cuatro Ordos de la Inquisición basicamente porque el Ordo Heréticus se creó tras la Era de la Apostasía. Ordo Xenos, Ordo Malleus y parece que el tercer Ordo que se creó durante la Herejía de Horus se llama Ordo Veritas, y se encarga de hacer todo lo necesario para mantener lo mejor posible al Emperador en su dorada prisión. Esto último no lo he podido verificar, ni  tampoco he encontrado textos oficiales, por lo que no se si es cierto. Si alguno tiene interés pongo el texto completo.

Entonces, quienes son esos cuatro hombres misteriosos? Resulta que en el Codex Ultramarines de 2ª Edición, se lee esto:

"Los doce individuos más poderosos del Imperio formaron un concilio. Decidieron denominarse Altos Señores de la Tierra, y autoproclamarse gobernantes del Imperio en nombre del Emperador." Codex Ultramarines 2ª Edición página 8.

En el párrafo siguiente se lee como Roboute Guilliman formó parte de esos doce primeros elegidos, ostentándo el puesto de Gran Comandante del Imperio. Siendo así, y teniendo en cuenta que esto es texto oficial, ya no tengo ni idea de donde salen los Caballeros Grises  ;D.

Esto es lo que suele pasar al profundizar, que termina uno con muchas más dudas de las que empezó. ¿Algún buen samaritano que aporte algo de luz?

saludos
Título: Re: La Herejía de Horus
Publicado por: Gonfrask en 28 de Marzo de 2007, 00:35:16
Pues entonces una de dos:

- Al Fabricador General le dieron para caramelos

- El Fabricador General se arrepintio y volvio a ponerse del lado del Emperador

Me inclino mas hacia la primera opcion, seguramente un adeptvs leal al Emperador se lo cargara y ocupara su puesto en su lugar, o bien que fuera destituido ya que como te dije, es posible que el puesto de Fabricador sea solo temporal como casi todos los cargos de Alto Señor.

Dudo mucho que los 12 tios esos fueran la base de los Altos Señores de Terra, ya que, que yo sepa, Roboute fue el único Alto Señor marine hasta la fecha.
Los 4 tios especiales...enumeremos: Navegante, Astropata, Inquisidor, Gran Maestre Asesino, Adeptvs Mechanicus, señor del Administrorum (en este caso el futuro señor del...)...podrian ser algunos de los futuros miembros de estos cargos.
Título: Re: La Herejía de Horus
Publicado por: miguel en 28 de Marzo de 2007, 08:21:44
La verdad es que es un bonito misterio, pero no me digas que no tiene guasa que coincida el número.

Suponiendo que ninguno de los ocho Marines se convirtiera en Alto Señor, habrá que suponer que los otros cuatro si que pudieron optar a ello (luego pongo los cargos a los que creo que optaron que no tengo la lista en el curro  :P).

A ver si las novelas aclaran algo sobre la post herejía, para mi la etapa más oscura trasfondísticamente hablando del 40.000. ¿Alguien sabe si el quinto libro de la serie (Fulgrim) trata sobre como el Primarca es abducido por el demonio de slaanesh, o se trata de lo que hizo el Fulgrim poseído tras la Herejía?

un saludo
Título: Re: La Herejía de Horus
Publicado por: Silas Err en 28 de Marzo de 2007, 08:51:14
Sobre el libro de Fulgrim, esto es lo que pone en la Blacklibrary:

"The chart-topping Horus Heresy series continues to deliver high-octane action.

Graham McNeill takes the reader to the 31st millennium, when humanity is at the peak of its powers. As the Great Crusade, led by Warmaster Horus, continues to conquer the galaxy, Fulgrim, the god-like Primarch of the Emperor�s Children Space Marine Legion, leads his warriors into battle against a vile alien foe.

From the blood of this campaign the seeds are sown that will lead this proud legion to treachery, taking them down the darkest of paths to corruption. Leading up to the carnage of the Dropsite Massacre on Isstvan V, this is the tale of Fulgrim�s tragic fall from grace.
"

http://www.blacklibrary.com/product.asp?prod=60100181046&type=Book
Título: Re: La Herejía de Horus
Publicado por: miguel en 28 de Marzo de 2007, 23:56:23
Tonces nos quedamos con las ganas. Por cierto, ya tengo el de Falsos Dioses, que ganas!!!

saludos
Título: Re: La Herejía de Horus
Publicado por: bragg en 29 de Marzo de 2007, 12:36:16
podriais taducirlo, es que yo de ingles...

Me acabo de enterar de que son mas de 3, yo pensaba que era una trilogia, jejeje a ver si desentrañan esos misterios, y a ver cuando tengo la 2ª en castellano jajaja, me parece que me tendre que esperar a despues de semana santa :D :D.
Título: Re: La Herejía de Horus
Publicado por: bragg en 30 de Marzo de 2007, 10:27:52
No se si lo habeis comentado ya, pero se supone que corax si que sobrevive  a la batalla, os cito


Pag 46 Codex marines espaciales ultima edición

Garras del cuervo:  Se dice que fueron forjadas por el propio Corax en libertas tras la masacre de Istvaan V. Estas exquisitas garras.....
Título: Re: La Herejía de Horus
Publicado por: Terradas en 01 de Abril de 2007, 15:27:55
Vale, ya me lo he leido todo... a ver qué puedo aportar yo a este relato :P

Horus arrastró a varios de sus hermanos Primarcas al Caos, Angron de los Devoradores de Mundos, Fulgrim de los Hijos del Emperador y Mortarion de la Guardia de la Muerte fueron los primeros en pasar al bando de Horus, así como un buen número de regimientos del Ejército Imperial y varias Legiones de Titanes.

Realmente los primeros caóticos fueron los Portadores de Palabra. Angron estaba lobotomizado y Mortarion realmente nunca se pasó al Caos hasta que Typhon (Typhus) no vendió a toda la legion a Nurgle. En muchos casos (Alpharius, Mortarion) simplemente se unieron a Horus porque le valoraban como general y seguían la cadena de mando, y en muchos otros (Perturabo, Fulgrim, Curze) por arrepentimiento de sus excesos y miedo a la ira del Emperador.

Citar
Solo Magnus, e incluso más claramente que Horus, tuvo la oportunidad de conocer por adelantado lo que iba a ocurrir. Lo vio todo y entendió las consecuencias que acarrearía y los papeles que les tocaría representar a cada uno. Menos a él. Trató entonces de avisar al Emperador e impedir así la traición.

Según el The Horus Heres Vol.1 Garro ya había tomado la Eisenstein y se dirigía a Terra a avisar al Emperador de todo lo ocurrido cuando Magnus tuvo su visión. Según algunas corrientes, los poderes ruinosos, al ver el fracaso del secreto de la traición de Horus, actuaron proporcionando su visión a Magnus, utilizandolo como una marioneta, ya que sabían que desoiría al Emperador y al Concilio de Nikaea y le mandaría un aviso psíquico en vez de un emisario para contarles lo ocurrido. Hay gente incluso que piensa que el Emperador ya conocía lo que Magnus le dijo, o que lo conocería en breve gracias a Garro. En cierta forma, Magnus causó más daño al Imperio que el propio Horus.

Citar
El contenido del aviso de Magnus fue ignorado por completo. Se dice que el Emperador rompió el contacto con tal fuerza que todas las guardas psíquicas de Palacio se arquearon y reventaron en pedazos.[/i]

En otros lugares se dice que fue el conjuro demoniaco de Magnus el que rompió todas las guardas psíquicas del Emperador para que el mensaje llegara a Él... y al romper las protecciones se rompió el vínculo con la Telaraña.

Citar
Horus estaba convencido de que Jaghatai Khan se pasaría a su lado.
Sabía que le podría convencer siempre y cuando su amigo Leman Russ fuese muerto o también corrompido, y esta parte era la complicada, ya que Leman era totalmente leal al Emperador.

Citar
Los Ángeles Sangrientos fueron enviados  a sofocar una rebelión en el planeta de Signus Prime, al llegar allí descubrieron que estaba infestado de demonios. Los Ángeles Oscuros por su parte, seguían con su campaña en la Franja Este. Los Ultramarines por su parte, estaban luchando junto a los Portadores de la Palabra, liderados por Kor Phaeron, para �liberar� al planeta Calth.

[ ULTRAMARINES ]

A los ultramarines les ordenaron marchar hacia el Sistema Veridian, en el Segmentum Tempestus. Horus dijo que el sistema estaba siendo asediado por los orkos del Imperio Ghaslakh. Los Ultramarines se encontraban acantonados en una de las lunas de Saturno, por lo que abandonar el sistema solar para encaminarse hacia Ultramar. Guilliman contó sus planes tan sólo a Horus. Su idea era reforzarse en Cath con el resto de su Legion y encaminarse hacia Veridian. Al llegar a Calth ninguno de sus astrópatas pudo comunicarse con el resto del Imperio, Ultramar estaba incomunicada.

El asalto de los Portadores de Palabra se realzó por sorpresa, Lorgar en persona, junto con Erebus, Primer Apostol, y Kor Phaeron, Primer Capitán, encabezaron el asato al planeta triple de Calth. El asalto de los Portadores de Palabra lo realizó Kor Phaeron al mando de cien mil marines espaciales y muchos más cultistas del caos. También contó con ayuda de elementos traidores del Mechanicvm de Marte, que le proporcionaron numerosas máquinas de guerra, incluyendo varias docenas de titanes. Unidos a los ejércitos de los Portadores de Palabra aparecieron los primeros demonios de los poderes del Caos de los que se tiene notica en batalla.

El Capitán Ventanus de los Ultramarines estaba defendiendo el Palacio de Leptius Numitus en Calth frente al asalto del Apostol Oscuro Erebus. Cuando llegó el asalto de los Portadores de Palabra, los Ultramarines se encontraban embarcando en sus transportes, por lo que no tuvieron ninguna oportunidad. El capitán leal había perdido a la mitad de sus fuerzas en el primer golpe, y se había visto obligado a retirarse a posiciones defensivas, le quedaban menos de 500 marines y algunas compañías del 5º Regimiento de Infanteria de Calth del Ejército Imperial, una docena de Leman Russ, y ningun tipo de artilleria. Consiguió comunicarse con otros elementos de Ultramarines en el planeta, su situación no era la única, los Ultramarines sobrevivian aislados unos de otros sin posibilidad de recibir refuerzos. Cuando la situación parecia no tener solución, Venatus recibió un mensaje, del propio Guilliman:

" - Ventanus, tu situación es desesperada y yo puedo ofrecerte pocas esperanzas de refuerzos inmediatos. Muchos de mis mejores oficiales y hombres están en tu misma situación. Tengo un plan para ti que te dará la opción de servirme mejor que cayendo simplemente donde te encuentras. Organiza rápidamente tus fuerzas para un asalto concentrado contra un punto concreto de los enemigos que te rodean. Tu objetivo es romper sus líneas y abrirte paso hacia el Espaciopuerto Numinus"

" - Señor, ¿quiere que corramos como alimañas y que escapemos de Calth? "

" - Ten fe capitán, nuestro objetivo no es abandonar este planeta. Desearía que lanzaras tantos transportes como pudieras. Necesitaras asignar pilotos valientes ya que su misión será diezmar a las tropas de tierra enemigas, distrayendolas, tanto tiempo como sea posible "

" - Con todo respeto señor, esas naves no durarán mucho tiempo. Están pobremente blindadas y disponen de pocas armas. Temo que sean facilmente derribadas por nuestros enemigos "

" - Pero te aseguraran un tiempo precioso. Tiempo en el cual podrás activar los láseres defensivos del Espaciopuerto. En su sed de sangre y arrogancia los traidores se han concentrado en asesinar a nuestros hermanos antes que en desactivar nuestros cañones. Los láses defensivos de Numinus nos ofrecen una oportunidad de tomar la iniciativa. Haz esto por mi Ventanus, y tu nombre será honrado por los Ultramarines durante toda la eternidad"

"Si mi señor."

Guilliman estaba en el puente del Honor de Macragge cuando los Portadores de Palabra atacaron. El ataque fue contundente y totalmente por sorpresa, mientras la Gabarra de Guilliman era sacudida por cientos de disparos, las naves leales desaparecian en explosiones. En cuanto empezó el ataque, Guilliman comenzó a lanzar ordenes por su vox-coder. En cuestion de minutos era consciente de toda la situación, el Honor de Macragge había sido seriamente dañado, no tenía sistema de armamento, y tan sólo podía moverse a mitad de potencia con sus motores subluz. Tres cuartas partes de los transportes y naves de los ultramarines habían sido destruidas o desarboladas. En el planeta la situación no era mejor, decenas de miles habían muerto con el bombardeo inicial, y muchas defensas clave habian sido directamente borradas de la superficie.

El ataque había pillado por sorpresa a Guilliman, nunca había tenído sospechas de Lorgar, el más fervoroso de todos los Primarcas. A bordo de su navio de guerra Guilliman fue plenamente consciente de la traición de la que era objeto. Había sido el Señor de la Guerra el que le había ordenado atacar Veridian. Y tan sólo a él le había comunicado su intención de acantonarse en Calth. El hecho de que dos primarcas hubieran conspirado contra él le conmocionó. Era muy posible que no fuese un hecho aislado, sospecha que se acentuó con el hecho de que las comunicaciones se habían cortado con todo el Imperio. Pero su principal preocupación era ahora salvar a su legion de una muerte segura. Organizó sus pocas tropas para que realizaran acciones de atacar y huir. Poco a poco las naves de los Portadores de Palabra eran aisladas y destruidas, pero siempre parecía haber más, mientras que las perdidas en los Ultramarines siempre eran catastróficas e irremplazables. En tierra también se organizaron las fuerzas. Con lo que no contaban los Portadores de Palabra era con la tenacidad y el espíritu combativo irrompible de los Ultramarines. Tras los ataques iniciales los supervivientes habían ocupado posiciones defensivas de donde no podían ser expulsados. Cada uno de los elementos defensivos fue comunicado y a cada uno de ellos se les dio unas ordenes concisas y claras para que todas las fuerzas actuaran de manera organizada y le dieran la iniciativa a los ultramarines.

[ ANGELES SANGRIENTOS ]

Fueron enviados a recuperar los mundos del Cluster Signus, en el Centro Galáctico. Este cluster estaba compuesto por 7 mundos y 15 lunas conquistados por Xenos. El sistema Signus estaba infestado por las fuerzas del Caos. Kyriss el Perverso, Gran Demonio de Slaanesh, regia ahora los destinos de Signus.

[ ANGELES OSCUROS ]

La historia tan sólo nos dice que fueron enviados lejos de Terra e Istvaan, pero no dice donde. De hecho durante mucho tiempo se dice que no se sabe nada de los Angeles Oscuros, tan sólo que Horus teme a esta legion tanto como Dorn y que ninguno de los dos conoce realmente su lealtad o sus tendencias.




Y luego sigo que es hora de comer :P
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Título: Re: La Herejía de Horus
Publicado por: bragg en 01 de Abril de 2007, 16:28:34
Yo tambien me lo he terminao, no me gusta la imagen que dan de Leman, no creo qeu fuese tan facil convencerle para desobedecer al emperador y atacar a su hermano Magnus, en cuanto a este, la visión que se da de el es totalmente contraria a lo anterior, se le ve muy preocupado por que horus no caiga, lo que nos queda claro es que el archienemigo de la huamnidad debiera ser EREBUS y no horus, por capullo y que tanto Loken como Torgadon aun tienen algo que decir (y me da a mi que "El que se escucha a medias" tampoco ha terminado todavia :D :D) La pena es que no digan cuales son las otras 2 legiones de las que no se tiene noticia ¿porque no se dice no??
Título: Re: La Herejía de Horus
Publicado por: Silas Err en 02 de Abril de 2007, 11:17:17
Bueno, según el libro de "Horus señor de la guerra" el que al final va a desencadenar la rabia de Horus será Lucius al robar los objetos xenos y destruir su museo...

Esta noche empiezo con "Falsos dioses", je je, no puedo esperar mas (y no digo nada de las ganas de que saquen el de los Ángeles Oscuros...  ::)).
Título: Re: La Herejía de Horus
Publicado por: Terradas en 02 de Abril de 2007, 12:45:54

El pobre Lucius no hace nada... XD El que roba la espada y se carga el museo es Erebus, que ya le vale...
Título: Re: La Herejía de Horus
Publicado por: Silas Err en 02 de Abril de 2007, 12:55:09
Ok, fallo mio, no recordaba bien quien de ellos era.
Título: Re: La Herejía de Horus
Publicado por: Terradas en 05 de Abril de 2007, 14:04:22

Bueeeeno... yo sigo leyendome la segunda novela de la herejía... pero de momento ya he visto algunas cosillas que quería comentar con vosotros a ver qué opinais...

· En el Dramatis Personae aparece Erebus como Primer Capellán de los Devoradores de Mundos... :P supongo que será un error de traducción entre Word Beares (Portadores de Palabra) y World Eaters (Devoradores de Mundos)

· En la pg. 44 Karkasy comenta " tengo la boca tan seca como una sandalia de Tallarn "

Ya es casualidad que hablen de Tallarn cuando en la época de la Preherejia se trataba de un vergel apenas sin importancia estrategica para el Imperio, y no fue hasta después de la Herejia que el Caos atacó ese planeta en la batalla de tanques más grande de la historia, bombardeando el planeta y convirtiendolo en un desierto reseco...

· En la pg. 70 Wenduin exclama " ¡Por el Trono! "...

Qué significa "por el trono"??  Pero nose supone que el Trono Dorado era un secreto mantenido por el Emperador, con el que quería abrir un portal de Telaraña?? tan tan secreto que ni Horus ni el Sigilita conocian su exsitencia?? La expresión "Por el Trono" es posterior a la Herejía, cuando el Emperador fue encadenado finalmente a él...
Título: Re: La Herejía de Horus
Publicado por: Gonfrask en 05 de Abril de 2007, 15:30:27
Pirada de pinza del señor graham XD
Título: Re: La Herejía de Horus
Publicado por: bragg en 05 de Abril de 2007, 18:30:09
jajaja ties razon jajaja.
Título: Re: La Herejía de Horus
Publicado por: karlitoz en 05 de Abril de 2007, 18:54:23
Tallarn, de toda la vida de Dios ha sido mundialmente famosos por su sandías secas, de ahí que fuera atacado sin piedad y así poder saquear tn "extraño" manjar.

El trono.... jejeje, lo mismo estáis mirando muy alto, trono tb es otra cosa (los ptufos más arcaicos lo conocen bien :D :D)

El resto son, efectivamente, cagadas... jajajaja ;D
Título: Re: La Herejía de Horus
Publicado por: Gonfrask en 05 de Abril de 2007, 22:26:18
La verdad es que si nos ponemos a darle vueltas puede que no sean tan cagadas, me explico. Quizas en efecto dice "por el Trono" y no "por el trono dorado", quizas en referencia al papel del Emperador como supremo soberano de la Humanidad, por lo tanto quizas se refiere simplemente a eso, al Trono del Emperador que en cierto modo es pura y llanamente Terra.

Por cierto, es Sandalia no Sandia...a ver si leemos Karl (Jiasjijasjias), aunque cuando lo has dicho me has hecho volver a lo que dice Asgaard pensando que lo habia leido mal :P
Título: Re: La Herejía de Horus
Publicado por: Nobunaga en 05 de Abril de 2007, 22:32:09
Tambien podria ser simplemente que esten tan acostumbrados ya a utilizar ese tipo de expresiones, que lo hacen de una manera refleja, sin pararse a pensar en si se adecuan al momento historico o no
Título: Re: La Herejía de Horus
Publicado por: miguel en 08 de Abril de 2007, 02:04:42
Hola a todos,

tras unas duras vacaciones sin posibilidad de leeros veo que me he perdido algunas cosillas interesantes. Espero poder contestar a todo con más tiempo, ya que si que me gustaría comentar ahora el segundo libro de la herejía. Me ha encantado lo de Tallarn xD.

Si no habéis leído el segundo libro de la Herejía de Horus, Falsos Dioses os aconsejo que no sigais leyendo ya que se destripan bastantes cosas.

Sin embargo, no te vas a ir de rositas Asgaard ( ;) ), que para los pitufitos parece que también hay. Loken y Torgaddon están hablando sobre los informes de un planeta, y Torgaddon no los ha leído:

- ¿Es que no los leiste?
Torgaddon se encogió de hombros.
- Supuse que ya vería que clase de sitio era cuando aterrizáramos aquí.
Loken hizo un gesto negativo con la cabeza.
- Jamás llegarás a ser Ultramarine, Tarik.

MAGISTRAL  :D :D :D :D

Lo del Trono yo también me di cuenta, y esta claro que nadie podría utilizar una expresión así antes de la Herejía.

Sobre el libro, decir que me encanta poder leer cosas así sobre este universo. Presenta las dudas existenciales de la sociedad actual llevadas un paso más allá. Como el Señor de la Guerra explica porque sólo los que no han combatido nunca desean fervientemente ver la guerra, es un ejemplo que a día de hoy tenemos en todos sitios. Como los niños que sólo han visto la guerra por la tele, se hacen Marines esperando entrar en combate con una banda sonora de fondo y no pueden creerse que minutos después estén tratando de volver a meterse las tripas en el abdomen.

El tema de la religión está tratado de una forma bestial según mi opinión. Sin tapujos de ningún tipo, dejando de lado las creencias de los creadores, el escritor o los lectores en favor de mostrar un escenario mucho más coherente con lo que se supone que debería ser la religión en una sociedad en la que la tecnología y la genética han matado ya a todos los dioses posibles. Sin embargo, y a pesar de que el Emperador deja bien claro que el no es un Dios, un gran número de personas lo veneran como tal, e incluso los Marines Espaciales y por supuesto el propio Horus y los Primarcas son tratados así.

A pesar de todo, es un tema muy interesante, y que creo que da mucho más que pensar que con la novela anterior. Ya que en este por ejemplo, vemos como Keeler, una imaginadora reconvertida al Dios-Emperador, consigue expulsar un demonio gracias, aparentemente, a su Fé y a una imágen del Águila Imperial utilizada como si fuera un crucifijo en manos de un exorcista. ¿Una psíquica? ¿Más poderosa que Ing Mae Sing? Todo se verá, pero es curioso como una sociedad puede ser mucho mejor manejada con una religión que la soporte que sin ella. Véase por ejemplo la sociedad post-Emperador.

Los Marines Espaciales y la forma en que están retratados es otra de las cosas que me encantan del libro. Por un lado tenemos la parte tecnológica del Marine por decirlo así, una perfecta máquina de matar, pero por otro resulta que leen libros, tienen miedo y dudas existenciales. Hay que tener en cuenta que estos Marines Espaciales son muy diferentes a los del 41er milenio. Durante la Gran Cruzada, gracias al Teorema de Grayba se descubre que con los datos genéticos de un Primarca se pueden crear Marines Espaciales, y en poco tiempo se consigue reducir este proceso a un solo año. Esto será un dato clave, ya que hace que se den fallos genéticos y mutaciones, por lo que en el futuro la creación de un Marine llevará varios años.

A lo que voy. ¿Habéis visto Soldado Universal? Me recuerdan mucho a ellos, soldados perfectos diseñados para no sentir miedo, con los impulsos sexuales totalmente cercenados (me ha costado elegir esa palabra) pero que resultan mucho más humanos de lo que cabría esperar en un primer momento. No tienen miedo a envejecer por ejemplo, pero como dice Loken, simplemente porque no le han diseñado para sentir ese miedo, y por otro lado, tampoco sabe si un Astartes puede envejecer, ya que ninguno lo ha hecho hasta ahora.

Las charlas de Loken con Sindermann son para mi lo mejor del libro, ya que son una especie de puerta abierta al interior de la mente y el proceder de los Astartes. En una ocasión, hablan sobre lo superiores que los Marines se creen, lo muy por encima tanto en los físico como en lo ético un Marine se siente sobre el resto de las razas del universo. Luego se demuestra que esto no es así, pero me encantó esta frase:

"Crees que la pared que separa la civilización de la barbarie es tan sólida como el acero, pero no es así. Yo creo que esa separación es apenas un velo, una hoja de cristal. Un toquecito aquí, un empujón allá y se trae de vuelta el reino de las supersticiones paganas, del miedo a la oscuridad y a la adoración  por criaturas maléficas en lugares consagrados".

Además, queda claro que habla también de lo que he comentado antes sobre la religión.

Es curioso también lo de los rememoradores, me encantará saber como los exterminan a todos, ya que pasa de ser una de las épocas mejor documentadas de la humanidad a una de las más oscuras.

Y si leer así sobre los Marines es asomarnos a un tema muy poco tratado en GW, no digamos de los Primarcas. Impresionante el repaso que Horus hace de sus hermanos tras su elección como Señor de la Guerra en el Concilio de Ullanor. Si, ya sabíamos que muchos de ellos se tenían celos por el trasfondo de Workshop, pero al menos yo me he llevado unas cuantas sorpresas, por ejemplo de Guilliman, al que no pense que le afectase algo tan humano como la envidia, e incluso de Horus, al que tampoco pense que pudiera afectarle lo que los otros Primarcas pensasen de él. Digamos que el libro funciona muy bien al representar estas capas entre los diferentes personajes, si hablan dos Primarcas parecerá una charla cotidiana de cualquier mercado, pero si alguién habla sobre ellos, o con ellos y no es un Primarca las cosas se magnifican, y de la misma forma ocurre con los Marines y los Rememoradores y estos con el resto de civiles.

Una cosa que quería comentar con los que os hayais leído el libro, es que me sorprendió leer como Horus se queda sorprendido al enseñarle Erebus la cápsula de su propio embrión. Por lo que dice, queda claro que sabía ya de antes que el Emperador lo creó de la nada, que es resultado de la genética, pero en principio se extraña de verse en ese lugar y de haber nacido de ahí. No comprendí porqué reacciona así.

Y por último, me gustaríacomentar el tema del Imperio. El consejo de Terra ya comienza a actuar, al igual que ocurrió en la guerra fría, los soldados que participan en la herejía, y más Astartes como Abaddon y el propio Horus, se ven desplazados en un futuro sin guerras, con una pax imperial total y unos cuantos burócratas llenando la barriga con los triunfos que ellos mismos han conseguido. Se habla sobre el Diezmo del Emperador, que entraba en vigor sin dar tiempo a los recién conquistados a asimilar si quiera su nueva situación.

En fin, no he podido estar muy atento al foro, pero me lo he pasado en grande con la novela. No se a que esperan para seguir traduciendo...

un saludo
Título: Re: La Herejía de Horus
Publicado por: bragg en 08 de Abril de 2007, 11:55:01
lo del impulso sexual me parece que esta equivocado, en varios otros libros (1º de la heptalogia de los fantasmas de Gaunt) se cita la posibilidad de ser hijo de un marine espacial sin que eso provoque mayor asombro que el  de ser hijo de un marine espacial (no provoca asombro el que el marine pueda tener hijos sino que alguien pueda ser su hijo, me explico??? :D :D)  en otros (2º de la saga de Ragnar) se ve como un marine se enamora y empieza a sentir "sentimientos extraños hacia un humano" jejeje asique eso de que no tienen deseo... lo unico es que no se meten en esos fregaos porque el tema debe girar en torno a la guerra, no en torno al romanze entre Loken y su rememoradora "particular" (la negra amiga de la "santa" que es como llaman los seguidores del "lectio divinatus" no?¿ a la que consigue "canalizar"· los poderes del emperador por su cuerpo mediante su fe y un aguila imperial de plata :D :D) porque sino dejaria de tener el sentido que estos libros tienen :D :D
Título: Re: La Herejía de Horus
Publicado por: miguel en 08 de Abril de 2007, 13:08:49
No he leído esos libros, pero en el primer libro de la herejía el propio Loken le dice claramente a una mujer, supongo que Mersadie Oliton pero hablo de memoria, que no se preocupe, que los Marines están diseñados para no sentir ningún tipo de impulso sexual. Otra cosa es que puedan tener hijos.

Lo del primer libro de la heptalogía de Gaunt no lo recuerdo la verdad, así que lo buscaré, pero si puedes dar algunas pistas de a que altura del libro se encuentra o incluso poner el texto te lo agradezco.

De lo que dije ayer, tras algunaas cosas que he leído hoy, creo que estaba equivocado respecto a la creación de los Marines Espaciales. Investigando lo que Asgaard dijo sobre Typhus y como convierte a la Guardia de la Muerte al Caos, encontré esto:

"Cuando la Guardia de la Muerte empezó a reclutar nuevos guerreros en Barbarus, Typhon fue elegido por sus habilidades guerreras. En la actualidad este proceso es muchísimo más preciso, ya que ahora se poseen muchos más conocimientos acerca de cómo conservar la pureza de la semilla genética, por lo que un capítulo de Marines Espaciales de un millar de hombres puede ser muy selectivo a la hora de reclutar. En los tiempos de la Gran Cruzada las legiones necesitaban reclutas de alta capacidad física y con el coraje suficiente como para seguir a sus primarcas a la batalla..."

Queda claro yo creo que no hacían un Marine de la nada, sino que simplemente el proceso de creación era más burdo, aunque más corto que en la actualidad lo cual llevó a las consecuencias que he mencionado antes.

Por otro lado, de mi relato inicial y tras leer esta segunda novela, tengo una duda importante:

El Liber Malum narra cómo sistemas enteros se rendían antes de ser víctimas de la ira de los Devoradores de Mundos. Pero era cuestión de tiempo que la galaxia se enterase de que se había utilizado la psicocirugía en los reclutas de esta Legión. Tras el infame Registro de Ghenna, en el que toda la población del planeta fue asesinada brutalmente en una sola noche, los Devoradores de Mundos fueron censurados por el Emperador y obligados a dejar de utilizar los implantes.
 
Angron no prestó atención a la orden del Emperador y ordenó a sus tecnomarines que continuasen con su trabajo hasta que a todos los miembros de su Legión de Marines Espaciales se les hubieran instalado los implantes. Los ritos sangrientos se convirtieron en una parte cada vez más importante de la herencia de la Legión mientras continuaban realizando matanzas por toda la galaxia; y se convirtió en una práctica común entre los Marines Espaciales competir por quién obtenía más cráneos enemigos en batalla. Muchos de los hermanos Primarcas de Angron expresaron sus preocupaciones al respecto al Emperador y entonces el Señor de la Humanidad cometió un grave error. Mandó a Horus, el Primarca en quien más confiaba, a que se enfrentara a Angron y le hiciera entrar en vereda. Horus era un psicólogo maestro y, aunque el Emperador aún no lo sabía, ya había sido corrompido por los poderes del Caos. En Angron vio un guerrero consumido por la amargura y el resentimiento y fue muy sencillo para Horus alimentar esta amargura y ponerle en contra del Emperador, haciéndole ver que se trataba de un pelele que debía ser reemplazado.
 
Ariggata era un planeta muy avanzado tecnológicamente que había sido aislado del Imperio durante muchos siglos y, cuando llegaron enviados imperiales avisando del inminente retorno del Emperador, fueron ejecutados como muestra de que querían mantener su independencia. El poder militar de Ariggata era formidable, por lo que se dio a tres legiones la orden de pacificar dicho mundo: a los Hijos de Horus, a los Ultramarines y a los Devoradores de Mundos. El Señor de la Guerra Horus estaba al mando de toda esta fuerza y, bajo su comandancia magistral los ejércitos de Ariggata fueron rápidamente subyugados hasta que solo quedó la Ciudadela de Basalto en manos enemigas.
Las fuerzas imperiales pusieron la ciudadela bajo asedio, pero la pacificación estaba durando demasiado para el gusto de Horus; quería acabar cuanto antes para obtener más gloria en otras batallas. Para acabar lo antes posible con el asedio, bombardeó los muros de la ciudadela desde la órbita y ordenó a Angron y a los Devoradores de Mundos que asaltasen las brechas que hubieran sido abiertas en los muros y que acabasen con los líderes enemigos. Los muros de la ciudadela habían sido construidos durante la Edad Oscura de la Tecnología y, a pesar de haber sufrido un bombardeo orbital durante toda una semana, solo se había conseguido abrir una brecha en ellos. Roboute Guilliman aconsejó tener precaución, pero ni Horus ni Angron estaban dispuestos a esperar. Angron lanzó a sus Devoradores de Mundos contra las paredes de la Ciudadela de Basalto mientras una tormenta de ráfagas láser y proyectiles causaban enormes bajas entre sus filas. Pero los Devoradores de Mundos no se dejaron intimidar y acabaron alcanzando la brecha a través de una rampa de cadáveres de su propia Legión, Una vez dentro de la fortaleza, los Marines Espaciales, enloquecidos por la batalla, acabaron con todos aquellos que se ponían al alcance de sus espadas sierra. Durante un día y una noche no se oyeron más que los alaridos de las víctimas en los antiguos salones y, cuando por fin Angron ordenó abandonar el lugar a sus tropas, en el interior de la ciudadela no quedaba ni un alma con vida.

Cuando los Ultramarines entraron en la ciudadela para asegurar el lugar, se quedaron horrorizados con lo que allí descubrieron. Las cámaras y bóvedas de la ciudadela parecían el matadero de un profesor chiflado. Los cuerpos desmembrados estaban esparcidos por doquier y el olor de la muerte era tan denso que parecía poder tocarse. No habían perdonado la vida a nadie, todo ser vivo había perecido bajo la furia de los Devoradores de Mundos. Cuando los atónitos Ultramarines abandonaron la ciudadela, los Devoradores de Mundos y los Hijos de Horus ya habían dejado el planeta, mientras que los Ultramarines deberían permanecer en Ariggata hasta que llegase el Ejército Imperial.


Esto lo puse en el texto de la Herejía tras convertirse Horus al Caos. Tras este suceso, según la novela pasan 10 meses tras los cuales se produce el enfrentamiento en el sistema Drakonis Tres Once. Nueve meses de guerra después, vencen tras la sanguinaria participación de Angron, al que tras lo que comenta Asgaard, no está aún de lado del Caos, simplemente lobotomizado. Estoy de acuerdo.

Entonces, ¿lo sucedido en Arigata cuando es? Tras lo sucedido aquí habla Horus con Angron o en cambio lo hace 10 meses antes de Drakonis y Angron efectivamente sirve ya al Caos. Yo desde luego veo más lógico esto último, por lo que quedaría así más o menos:

- Horus se pasa al Caos.
- Sólo Lorgar esta ya consumido por los poderes ruinosos.
- Arigatta.
- Drakonis.
- Tras esto Horus manda a las legiones leales por toda la galaxia. (Tarda un poco pero sino no pega ni con cola que los Ultramarines participasen en Arigatta y que luego suceda lo de Drakonis).

Muy confuso todo, ya que en la novela hablan de que las legiones se pasan el tiempo viajando de Davin a Drakonis y no luchando en Arigatta en una campaña que no fue precisamente corta.

Más cosas:

Citar
Según el The Horus Heres Vol.1 Garro ya había tomado la Eisenstein y se dirigía a Terra a avisar al Emperador de todo lo ocurrido cuando Magnus tuvo su visión. Según algunas corrientes, los poderes ruinosos, al ver el fracaso del secreto de la traición de Horus, actuaron proporcionando su visión a Magnus, utilizandolo como una marioneta, ya que sabían que desoiría al Emperador y al Concilio de Nikaea y le mandaría un aviso psíquico en vez de un emisario para contarles lo ocurrido. Hay gente incluso que piensa que el Emperador ya conocía lo que Magnus le dijo, o que lo conocería en breve gracias a Garro. En cierta forma, Magnus causó más daño al Imperio que el propio Horus.

Según la novela, (y el Horus Heresy Vol. 3) no puede ser. Si Magnus tuvo su visión cuando ocurrió lo de Davin, no puede estar volando la Eisenstein, más que nada porque esto sucede en Istvaan, y eso aún esta por llegar. Vamos, hablamos de franjas temporales muy diferentes y bastante espaciadas además. Me sorprende que el HH Vol 1 tenga un error tan gordo.

Por lo demás, voy a ver si modifico el texto del principio para adecuarlo a la nueva novela y a tus comentarios, gracias Asgaard.

un saludo
Título: Re: La Herejía de Horus
Publicado por: bragg en 08 de Abril de 2007, 15:29:42
lo del libro de los fantasmas de Gaunt esta en los recuerdos de Gaunt cuando recuerda sus principios en la Scholatica ignatius (se llama asi no?) y alli conoce a otro cadete :D :D.
Título: Re: La Herejía de Horus
Publicado por: Milú el Bárbaro en 04 de Abril de 2008, 17:22:39
sobre los 8 marines, pienso que, si eran leales de las legiones traidoras, no podria haber hijos del emperador, lobos lunares, devoradores de mundos o de la guardia de la muerte. Seguramente tampoco fuesen mil hijos, y yo creo que la legion alpha debia estar demasiado... corrupta (si su primarca era del caos "desde el principio...").
Asi que eso nos deja a los portadores de la palabra, a los amos de la noche, a los guerreros de hierro... y a Garro y los suyos, si no se me olvida alguien.
Aunque se supone que se mueren los psiquicos que iban en la Eiseinstein, ¿no?

(no se si habreis dicho algo de esto, me he leido el primer post y poco mas, que es un tema muy largo... arf)
Título: Re: La Herejía de Horus
Publicado por: Renato_Gaghiel en 04 de Abril de 2008, 19:00:23
Sobre ese supuesto hijo de una marine espacial, decir que más adelante, en ese mismo libro se dice que el cadete era un mentiroso. No es sorprendente pensar que era mentira que su padre era un marine. Lo queda a pensar que habia mentido tambien en eso
Título: Re: La Herejía de Horus
Publicado por: Druso Claudio Nerón en 05 de Abril de 2008, 00:48:47


    Hombre no, la legión alfa no estaba corrompida por el caos, teóricamente Alfarius era muy amigo de Horus y por eso se unio, pero nunca se dijo que la legión alfa estuviera corrupta por el caos, de hecho pasaron de Horus y fueron a su bola, y cuando combaten con papa pitufo en Escranor no utilizan ni demonios ni nada raro, Spoiler de "Legión" y si se confirma lo que mi reducido nivel de ingles pudo entender de la novela "Legion" podría ser que de hecho nunca llegaran a estar con el caos Spoiler de "Legion" de todos modos tienes razón, esos tipos son en plan secta, asi que no creo que estuvieran entre los tripulantes, y los amos de la noche eran todos unos hijos de la gran puta enormes en plan mafioso, y eran los portadores los que estaban corruptos desde el principio, ellos comenzaron a adorar al caos antes incluso que Horus. Los guerreros de hierro...no se...podría ser...
Título: Re: La Herejía de Horus
Publicado por: LupusWeiss en 15 de Abril de 2008, 16:39:53
Aunque se supone que se mueren los psiquicos que iban en la Eiseinstein, ¿no?

Se muere el navegante, sus ayudantes y los astrópatas, pero no creo que fueran todos los psíquicos de la nave. Tanto Keeler como Garro sobreviven, aunque todavía no estoy seguro que Garro tenga poderes psíquicos pero lo parece.
Título: Re: La Herejía de Horus
Publicado por: Milú el Bárbaro en 15 de Abril de 2008, 16:48:50
ya me lei el cuarto, y no creo que ninguno tenga poderes psiquicos... al fin y al cabo estuvieron en casa de las hermanas del silencio
Título: Re: La Herejía de Horus
Publicado por: miguel en 15 de Abril de 2008, 18:14:19
Si, no entiendo porque llegas a la conclusión de que Garro tiene poderes psíquicos LupusWeiss...
Título: Re: La Herejía de Horus
Publicado por: Milú el Bárbaro en 15 de Abril de 2008, 18:36:14
tiene fe en el Emperador... es como la "santa" (no me quedo con su puñetero nombre), no creo que sea psiquica, usa la fe y el Emperador le da "poderes" :P
Título: Re: La Herejía de Horus
Publicado por: LupusWeiss en 16 de Abril de 2008, 11:26:01
No dije que tenia poderes (que lo parecia), pero el hecho de oir voces todo el rato y las sensaciones que describe que tiene parece que el tio tuviera un 6º sentido o que sea esquizofrénico. Todo eso de notar la mano del Emperador, que una estrella se ponga a brillar cuando la mire y deje de hacerlo como si fuera una respuesta.. Como si no tuviera nada mejor que hacer el Emperador en ese momento rebuscando entre los cogines del Trono para encontrar las llaves perdidas de la Telaraña.

En todo caso Keeler si que creo que tiene algo más que fe. Hacer retrodecer el demonio en la biblioteca del "Espiritu Vengativo" y lanzarle un rayo de energia, comunicarse mentalmente con otras personas y hasta parece que sea capaz de ver lo que va a suceder en un futuro inmediato, vamos unos momentos antes de que pase, no predicciones a lasrgo plazo.

Nose, esto es la sensación que me dió a mi, mi opinión.

Saludos!
Título: Re: La Herejía de Horus
Publicado por: miguel en 16 de Abril de 2008, 11:53:44
Que Keeler es una psíquico esta clarísimo sip, lo de Garro...pues podría ser, claro que si, pero s fuera un psíquico poderoso ya lo habría manifestado antes creo yo.

saludos
Título: Re: La Herejía de Horus
Publicado por: Milú el Bárbaro en 16 de Abril de 2008, 12:04:53
la cosa es que si keeler es psiquica, algo mas le tendrian que haber dicho las hermanas, pienso yo
Título: Re: La Herejía de Horus
Publicado por: Terradas en 16 de Abril de 2008, 21:32:24

Las hermanas del silencio son nulos psíquicos, pero no detectan a los psikos. Es el propio psiko el que se encuentra incomodo en su presencia, dolorido incluso, e incapaz de usar sus poderes.

De ahí lo divertido de que el Emperador, a pesar de estar rodeado de ellas, pueda lanzar poderes psíquicos.

Keeler no la interpretan como psíquica, sino como santa, una santa pura de corazón al más puro estilo bendiciones de las hermanas de batalla, en donde la fe que tiene es capaz de mover montañas (literalmente).
Título: Re: La Herejía de Horus
Publicado por: Milú el Bárbaro en 16 de Abril de 2008, 21:54:44
a eso me referia.
y bueno, de base no detectaran psiquicos, pero con el entrenamiento que deben tener, tendran "olfato"
Título: Re: La Herejía de Horus
Publicado por: LupusWeiss en 17 de Abril de 2008, 11:17:01
Y si no detectan a la bruja convencen a quien sea de que lo es, estilo "caballeros de la mesa cuadrada".
-Hemos encontrado una bruja, podemos quemarla?
-Como sabeis que es una bruja?
-Parece una bruja! Se le nota, no lo veis?

-No soy una bruja!
-Vas vestida como una bruja
-Ellos me vistieron así

xDDD

Si la interpretan como una santa, entonces es posible que no sea la primera que encuentran? Porque hasta ese momento se supone que la gran mayoria de la población imperial cree en la Verdad Imperial y que la religión es algo fruto de mentes pueriles e ignorantes, que el Lectio Divinitatus es algo que esta empezando a surgir, no?

Además el Lectio será algo que esta ocurriendo,en su mayoria, en las flotas expedicionarias. La gente que vive a gusto en su planeta sin ningúna preocupación más que el hecho que no se la coma la fauna o la flora local no tiene necesidad de creencias.

Pregunta: entonces las hermanas del silencio llevan el gen paria? Són parecidas a los colexus?

Saludos!
Título: Re: La Herejía de Horus
Publicado por: miguel en 17 de Abril de 2008, 12:24:07
Podría ser la primera santa si, la primera manifestación del Emperador a través de una persona.

No se si igual que los Culexus, pero sí, deben de tener el gen Pariah por lo que comentan en el libro.
Título: Re: La Herejía de Horus
Publicado por: Milú el Bárbaro en 17 de Abril de 2008, 17:12:26
dicen que en algunos sitios, a la gente que como ellas, no tienen reflejo en la disformidad, se les conoce como parias. Creo que esta bastante claro
Título: Re:La Herejía de Horus
Publicado por: Terradas en 27 de Febrero de 2012, 17:18:40
Incluyo aquí la recopilación original de los textos originales de workshop, incluido el relato de la batalla contra el Emperador (el combate más amargo).

LA HEREJÍA DE HORUS
by Games Workshop. Recopilado y Editado by Asgaard

EXPANSIÓN Y CONQUISTA

El nacimiento del Imperio de la Humanidad empezó con la muerte de la raza Eldar. Los poderes psíquicos innatos de los Eldar les llevaron a su propia destrucción por los poderes del Caos. Su grito psíquico de agonía reverberó en la Disformidad y marcó el nacimiento de un nuevo y terrible dios del Caos. Esta entidad emergente era Slaanesh. el Príncipe del Dolor y el Placer, la Perdición de los Eldar. El shock psíquico del nacimiento de Slaanesh tuvo dos efectos inmediatos. En primer lugar la catarsis dispersó definitivamente las tormentas de Disformidad provocadas desde hacía milenios por la gestación de Slaanesh. terminando así con el largo aislamiento de la Tierra. Sin embargo las energías liberadas fueron tan intensas que no pudieron contenerse por completo en el interior del espacio Disforme

Allí donde la densidad de la población Eldar era mayor la Disformidad literalmente se derramó a través de sus mentes y se mezcló con el espacio material. Esto provocó la aparición de áreas dispersas en las que el espacio Disforme y el universo material se superponen la mayor y más significativa de estas es el Ojo del Terror.

Hacía tiempo que el Emperador de la Humanidad había previsto la creación de Slaanesh y se había preparado para ese fatídico día. Cuando las tormentas de Disformidad desaparecieron por causa de la creación de Slaanesh los Marines Espaciales y el resto de fuerzas Imperiales estaban dispuestos a iniciar su reconquista de la galaxia. Las fuerzas del Caos también eran numerosas, y muchos mundos humanos habían sido ocupados por Adoradores del Caos o alienígenas. Fue una contienda larga y dura, pero el poder del Imperio crecía con cada victoria y nuevos guerreros se unían continuamente a la Gran Cruzada

La Gran Cruzada de la Humanidad se produjo bajo el liderazgo directo del propio Emperador Y sus poderosos Primarcas, barriendo la galaxia como una tormenta de fuego. Incontables billones de humanos en miles de planetas fueron liberados por las triunfantes Legiones de Marines Espaciales. El oscuro y siniestro yugo de los Dioses del Caos fue destruido: la dominación alienígena fue erradicada y el Imperio fue forjado en una era heroica de conquista y redescubrimiento. La humanidad emprendió la tarea de reconstruir su herencia ancestral: los opresores alienígenas fueron derrotados por doquier y obligados a huir. El Caos se retiró a sus propios reinos: a las zonas de superposición del espacio Disforme y el espacio real, como por ejemplo el Ojo del Terror.



ORGULLO Y TRAICIÓN

Sin embargo las tropas del Caos no podían ser vencidas con tanta facilidad. Susurraron a los Primarcas desde la Disformidad perturbando sus sueños con promesas de poder. apelando a su orgullo, a su valentía y a su habilidad marcial. Ninguno de los Primarcas era completamente inmune a estas tentaciones silenciosas. La personalidad de cada uno fue sometida a una dura prueba, y la mitad de ellos sucumbieron. Tan sutil fue su tentación que los Primarcas nunca sospecharon que sus Propias lealtades estaban cambiando.

Por ejemplo, Mortarion. Primarca de la Legión de la Guardia de la Muerte. creyó firmemente que era el heraldo de una nueva era de justicia. Angron, de los Devoradores de Mundos estaba convencido que tan solo él podía salvar a la humanidad de la destrucción. También Horus, el más formidable Primarca de todos, estaba convencido de la virtud de los ideales marciales por los cuales luchaba.

Apelando a su virtud y coraje, los Primarcas fueron tentados a rebelarse con sus Legiones de Marines Espaciales contra el Emperador. Inicialmente incluso los Primarcas ignoraban que habían sucumbido al poder del Caos pero cuando le rebelaron. sus buenas intenciones fueron desmoronándose gradualmente a medida que el Caos saturaba sus almas. Las Legiones de Marines Espaciales que estaban a su mando también sucumbieron lenta e inexorablemente. La influencia corruptora del Caos pronto se extendió a la Guardia Imperial y a los Adeptus Mecanicus, incluyendo las Legiones de Titanes y la Legión Cibernética. Desde allí, la infección se propagó a lo largo del Imperio. Muestra de ello es que más de la mitad de las tropas de los Adeptus Mecanicus se declararon dispuestas a unirse a un Imperio adorador del Caos.

El líder de la rebelión era el Señor de la Guerra Horus, el Primarca más poderoso y en el que más confiaba el Emperador. Había luchado junto al Emperador durante los largos años de la Gran Cruzada. Habían peleado espalda contra espalda en el asedio a Reillis donde el Emperador salvó la vida a Horus. En el campo de batalla de Gorro, Horus pagó su deuda segando el brazo de un Orko enloquecido de rabia que se disponía a matar al Emperador estrangulándolo. El Emperador había confiado a Horus el control de la Cruzada en la Frontera Oriental, mientras él regresaba a la Tierra a consolidar el control del vasto Imperio que ahora tenía bajo su control.

En ausencia del Emperador los planes de Horus fructificaron cuando el comandante Imperial de Istvaan III declaró la independencia de todo el sistema de Istvaan. El Emperador, ignorante del cambio producido en el Señor de la Guerra, ordenó a Horus que pacificara el sistema. Horus decidió cumplir las órdenes bombardeando con cargas víricas Istvaan III desde la órbita. El voraz virus devorador de vida aniquiló a todos los seres de Istvaan III en cuestión de minutos: doce billones de almas murieron entre aullidos de agonía que provocaron una señal Psíquica más intensa que el propio Astronomicón. Continentes y Ciudades Colmena enteras resultaron reducidas a cenizas cuando el oxígeno liberado por la putrefacción instantánea de todo el material organico del planeta ardió en la atmósfera y barrio el mundo con una gigantesca tormenta de fuego que rugió durante días. Antes de que los últimos fuegos se hubieran sofocado, Horus envio a los Titanes de la Legion Mortis a la superficie del planeta para aniquilar a cualquier superviviente que huibiera conseguido escapar al virus ocultándose en un refugio o búnker subterráneo.

Durante el bombardeo, unos cuantos Marines Espaciales aún leales al Emperador se hicieron con el control de la Fragata Eisenstein. Habían descubierto la corrupción del Caos que se extendía entre los oficiales de Horus, y cuando el Señor de la Guerra descendió a Istvaan V para dirigir personalmente a sus tropas, los Marines leales huyeron al Espacio Disforme para alertar al Imperio.



REBELIÓN ABIERTA

La corrupción de Horus afectó profundamente al Emperador, que no supo como reaccionar estaba aturdido por la magnitud de la traición del Señor de la Guerra. y era incapaz de creer que su amigo y general se hubiera levantado en armas contra él. La Inquisición inició una purga de los Adeptus Mecanicus y la Guardia Imperial. pero casi inmediatamente estalló la lucha, ya que ambas organizaciones estaban divididas en facciones leales y rebeldes. En Marte. los Tecnosacerdotes emplearon armamento ancestral y prohibido cuando los dos bandos se enfrentaron para conseguir el control.

La intrincada jerarquía Imperial empezó a resquebrajarse con la resurrección de antiguas rivalidades: los ambiciosos gobernadores planetarios aprovecharon la oportunidad para declararse independientes, o unirse al Señor de la Guerra. Muchos de ellos, no sabían con que tipo de monstruo estaban aliándose, pero otros, aceptaron el Caos de todo corazón. A lo largo y ancho de la galaxia estallaron guerras planetarias cuando los rebeldes atacaron a los leales o viceversa. Los mandos de la flota Imperial titubearon, y la flota solo consiguió expulsar a las astronaves rebeldes del sistenia natal del Imperio. Durante la lucha, las unidades navales sufrieron pérdidas graves que las obligaron a refugiarse en sus bases Lunares.

Tras un retraso casi fatal, el Emperador finalmente ordenó a siete de las Legiones de los Adeptus Astartes que destruyeran a Horus y a sus rebeldes. Sólo con la muerte de Horus, cabeza visible e instigador de la rebelión, podría sofocarse la revuelta. Sin embargo, la organización y movilización de tal cruzada al otro extremo de la galaxia llevó unos meses vitales. Horus invirtió bien este tiempo, consolidando su posición y reivindicando su título de "Nuevo Emperador" en cientos de sistemas. Allí donde Horus era aceptado, la adoración al Caos llegaba tras él.

El asalto de las Legiones leales a las posiciones de Horus en Istvaan V resultó un desastre. Las Legiones atacaron con su acostumbrada ferocidad y astucia táctica, pero esta vez se enfrentaban a hermanos Marines Espaciales. Cada bando contaba con tropas tan hábiles y endurecidas como el otro; cada estratagema era identificada y contrarrestada. Al final, la traición pudo más que la estrategia: la oleada inicial de tres Legiones leales sufrió bajas catastróficas mientras desembarcaba, y posteriormente resultó destruida por completo. Sólo cinco Marines Espaciales, encargados de poner a salvo la estructura genética de sus hermanos caídos, consiguieron escapar e informar al Emperador del desastre. De alguna forma, Horus había conseguido corromper a Cuatro de las siete leguiones enviadas contra él. Después del desembarco de la oleada inicial, las oleadas posteriores de Marines Espaciales "leales" habían atacado a sus aliados en vez de a los rebeldes.

Horus controlaba en aquel momento nueve Legiones de Marines Espaciales había destruido a tres, Legiones leales. A lo largo y ancho del Imperio los leales y los rebeldes lucharon entre sí hasta llegar a llegar a un punto muerto sin un vencedor claro, pero la batalla se ecantaba lentamente hacia el bando del Emperador. Horus sabía que aplastando el corazón de la resistencia del Emperador podría reconstruir el Imperio a su propia y pervertida imagen. Horus ordenó asaltar la Tierra.



GUERRA TOTAL

La verdadera tragedia de la Herejía de Horus fue que la creación más formidable del Emperador resultó arruinada: no sólo los Primarcas sino también los Marines Espaciales sufrieron un daño irreparable. Las tropas rebeldes extendieron la destrucción material y el dolor, pero también hicieron algo mucho peor: propagaron la corrupción del Caos allí donde fueron.

Las tropas del Caos aumentaban su poder por toda la galaxia, a medida que los humanos eran seducidos por los valores representados por los Poderes del Caos y se unían a su adoración. El gran espíritu del Emperador fue debilitado, mientras las mejores virtudes de la humanidad eran pervertidas y confundidas por la sutil influencia transforrnadora del Caos.

Esta era la situación en el momento que las tropas de Horus se apostaron alrededor de la Tierra. Las bases Lunares, primer bastión de las defensas de la Tierra, cayeron en poder de Horus tras una dura batalla, la flota rebelde avanzó hasta situarse en la órbita de la Tierra. Después de un corto enfrentamiento las baterías láser de defensa de la Tierra fueron destruidas por un intenso bombardeo desde el espacio. Los últimos escuadrones de cazas espaciales leales dispararon sin descanso contra las gigantescas naves, pero ni tan sólo consiguieron penetrar sus pantallas de energía. Tras disparar sus últimas descargas. los pilotos estrellaron sus cazas contra las llaves enemigas. Fue un último gesto de desafío. pero nada más.

Las cápsulas de desembarco de Horus cayeron entonces corno la lluvia sobre el palacio Imperial vomitando compañía tras compañía de Marines Traidores. El palacio se extendía a lo largo de cientos de kilómetros cuadrados de bastiones, muros corredores, torres de gran altitud y gigantescos espaciopuertos; la batalla fue feroz y encarnizada. Los Marines Traidores y las unidades rebeldes de la Guardia Imperial apoyados por Titanes del Caos v gigantescas máquinas demoniacas obligaron a los Marines Espaciales leales y a la Guardia del Emperador a replegarse gradualmente.

Sin embargo los defensores se negaban a darse por vencidos: los asaltantes tuvieron que abrirse paso metro a metro pasando por encima de las numerosas bajas de ambos bandos. En algunos lugares, los montones de cadáveres eran tan altos que los corredores quedaban obstruidos por los cuerpos Las tropas leales no pudieron evitar que la batalla se convirtiera en un asedio: los combates rugieron a lo largo de los muros del palacio exterior durante más de un mes. Finalmente los Titanes de la Legión Mortis consiguieron destruir algunas partes de los imponentes muros y las Legiones Traidoras pudieron penetrar por estas brechas para asaltar el palacio interior.



EL EMPERADOR ACORRALADO

Mientras las tropas rebeldes cerraban lentamente el cerco alrededor de las tropas leales el Emperador se preparó para la batalla final junto con su guardia personal de Marines Espaciales y Custodios. Dos de sus Primarcas estaban junto a él: Rogal Dorn, de los Puños Imperiales y Sanguinius, de los Ángeles Sangrientos La última hora de la humanidad había llegado y los pocos valientes defensores se prepararon para una muerte segura. Fue entonces, cuando la victoria parecía al alcance de la mano cuando Horus cometió su primer y único error.

Horus desactivó las pantallas defensivas de su buque insignia situado en órbita. Parece que deseaba emplear sus poderes psíquicos para contemplar con sus propios ojos los momentos finales del Emperador. Este fue su error, ya que tan pronto desaparecieron las pantallas, el Emperador sintió su presencia. El Emperador no desaprovechó esta oportunidad crucial. En cuestión de segundos las coordenadas de teleportación fueron fijadas en la astronave de Horus y el Emperador, su guardia personal y los dos Primarcas leales, Rogal Dorn Y Sanguinius fueron transportados directamente a la nave-fortaleza del propio Horus.

Horus era el más grande de todos los Paladines del Caos: Archipaladín y Caudillo de los Grandes Poderes. Señor de la Guerra del Caos del mas alto rango. Cuando el Emperador y sus guerreros se materializaron en el interior del buque de Horus pudieron comprobar por primera vez la verdadera magnitud de la traición del Primarca. La nave había sido transformada en algo tan terrible que algunos Marines Espaciales enloquecieron inmediatamente. Sus mentes quedaron completamente destruidas por la visión del interior de la astronave: balbuceando de forma incoherente, quedaron arrastrándose y retorciéndose en el suelo. Rostros de hombres y demonios les miraban de soslayo desde el interior de las paredes de la nave: carecían de cuerpos. su carne estaba fundidos en las húmedas paredes negras. Con un sonido absorbente y repugnante, las criaturas empezaron a derramarse arrastrándose por los corredores agarrando y sujetando a los miembros del grupo de abordaje.

Solo tardaron escasos minutos en alcanzar el puente aunque muchos hombres valientes murieron en ese tiempo: hordas de seres que ya no eran humanos perecieron entre las llamaradas las ensordecedoras ráfagas de Bólter. En el puente, el Emperador encontró a su antiguo Señor de la Guerra sólo para descubrir a Horus en pie sobre el cuerpo sin vida de Sanguinus, el Primarca había hallado primero a Horus y había muerto a sus manos.



EL COMBATE MÁS AMARGO

Incluso a través de los escudos, el impacto hace que el Palacio Interior tiemble, la piedra chirría como si estuviera siendo torturada, y un ángel cae desde su nicho a un kilómetro de altura, se estrella contra el suelo. y el mármol estalla en mil pedazos como metralla por todo el salón.

Sentado en su trono, el Emperador observa a los confusos guerreros de su alrededor. En el salón hay diez mil hombres, feroces veteranos que ahora están atemorizados. Sabe que lo que les aterroriza es su silencio, no el enemigo. Le miran en busca de inspiración y ánimo, y él no ofrece ninguna.

Por primera vez en su milenaria vida, el Emperador conoce la desesperación. Las bases lunares están destruidas, los refuerzos se hallan a días de camino, están asediados, y las defensas del Palacio empiezan a ceder. Es sólo cuestión de tiempo antes de que los últimos bastiones de resistencia caigan.

"Señor, ¿cuáles son vuestras órdenes?", -pregunta Rogal Dorn, el enorme Primarca de pelo oscuro. Su armadura dorada ha perdido el lustre, abollada en docenas de sitios por los proyectiles enemigos. El Emperador no responde. Incluso ahora, con las tropas rebeldes derribando la Puerta Interior le cuesta creer en la traición de Horus. Era más que un camarada en el que confiaba, más que el Primarca en el que confiaba plenamente. Era un hijo. No había dudado de él ni por un segundo, ni siquiera cuando recibió las noticias sobre las concentraciones de tropas en los Mundos Salvajes por parte del Señor de la Guerra. Se había engañado a sí mismo diciéndose que Horus debía tener alguna buena razón para hacerlo sin consultárselo.

"Señor. ¿cuáles son vuestras órdenes?" -pregunta Sanguinius, el Primarca alado de los Ángeles Sangrientos, resplandeciente con una belleza terrible, mientras mira al Emperador con ojos brillantes.

El Emperador sabe que esperan que les guíe. Todavía confían en él. Creen que les podrá sacar de la trampa. Están equivocados. Horus es el mejor general del Imperio ¿Quién podría saberlo mejor que su creador? Durante cien años recibió instrucción sobre el arte de la guerra. No habrá escapatoria, ni fallos por su parte, ni equivocaciones en sus planes. El Señor de la Guerra debería estar loco para cometer un error as¡.

El Emperador observa los rostros congregados ante si, ve su confianza, siente el peso de la responsabilidad que conlleva. Sabe que debe intentarlo por ellos, aunque sea inútil cierra los ojos. Con su visión interna sale de las ruinas del palacio, recorre los campos de batalla arrasados donde colosales Titanes combaten entre sí bajo la luz de la luna. Se alza hacia el cielo, donde presiente la flota de Cruceros que lanzan una lluvia de fuego sobre la torturada Tierra. Entre los miles de puntos descubre al Señor de la Guerra.

Siente como regresa la esperanza. Los escudos de la nave de Horus están desactivados. Durante un momento se pregunta por qué ¿Tanta autoconfianza tiene Horus? ¿Desea combatir en persona? ¿0 es una trampa? El Emperador toca la nave y retrocede ante lo que siente ¿Cómo ha podido Horus hacerlo pactar con la aborninación definitiva?

El Emperador toma una decisión. Sea o no sea una trampa. es la única oportunidad para la Humanidad. No puede dejaría escapar. justo cuando regresa a su cuerpo, le asalta el ominoso pensamiento de que Horus debe saberlo.

"Señor. ¿cuáles son vuestras órdenes?"-. pregunta de nuevo Sanguinius. Los ojos del Emperador se abren. Su voz resuena llena de autoridad. ?"Preparáos para la teleportación. Llevaremos la lucha hasta el enemigo."

Los hombres sonríen confiados, ahora tienen un propósito. Mientras los mecanismos del teleportador empiezan a funcionar, obedecen sin dudarlo.

Un relámpago de luz, una sensación de frio. Se han teleportado a la nave del Señor de la Guerra. El Emperador se orienta en un momento y se da cuenta de que algo va mal. Se halla en una enorme sala con una escolta de sólo unos pocos Marines. Los Exterminadores y los Primarcas no están presentes ¿Es posible que Horus haya provocado una disrupción en el rayo teleportador? ¿Tan poderoso es?

Dentro de su cabeza resuenan voces enloquecidas. Del interior de las paredes de la ámplia sala salen manos que le sujetan con fuerza ciclópea. El Emperador se libera con facilidad, Sus acompañantes no son tan afortunados. Los bolters resuenan cuando los Marines intentan repeler a sus demoniacos atacantes.

Un hombre grita cuando es arrastrado hacia las oscuras y resbaladizas paredes. Cuando desaparece, sólo quedan unas ondas alrededor del punto donde se desvanece. La espada del Emperador silba en el aire, cortando miembros demoniacos y liberando a los Marines. Cuando empieza a reunir sus energías psíquicas, un halo de luz rodea su cabeza. Una ola de destrucción atraviesa a los demonios, dejando ilesos a los Marines.

Explora mentalmente sus alrededores, pero las paredes de la nave del Señor de la Guerra son opacas a sus poderes mentales. Les hace un gesto a los Marines supervivientes para que le sigan. Recorren una nave que ha sido deformada más allá de todo lo conocido por los poderes del Caos. Puertas en forma de esfínter se abren en paredes de carne. En el suelo, grandes venas transparentes con ríos de sangre. Alfombras de lenguas recubiertas de mucosidades.

Unas deformadas bestias aladas que quizás una vez fueron hombres cuelgan de pasillos recubiertos de costillas, Los Marines miran horrorizados. El Emperador se esfuerza por tranquilizarlos psíquicamente, mientras registra la zona en busca de rastros de Horus. Ahora ya sabe la naturaleza del pacto que ha hecho el Señor de la Guerra y las terribles consecuencias si Horus vence.

Pasan al lado de pozos que parecen brillantes esófagos, y oyen el latir de un enorme corazón lejano. Desde unos gigantescos cartílagos les cae un fluido amarillento, y a veces oyen el tabletear de armas, pero cuando llegan no hay nadie. Nubes de insectos se abalanzan sobre ellos y atascan los conductos de aire exterior. Tienen que pasar al suministro interno de oxígeno.

Son emboscados por seres con caras calavéricas que se arrastran, y equipados con armaduras de Marines. Combaten contra hordas de bestias mutantes. Uno por uno los Marines mueren. Finalmente, sólo queda el Emperador, y sólo entonces Horus permite que le encuentre. El Señor de la Guerra se halla de pie sobre la figura de un ángel caído. Sanguinius. Su armadura se halla mellada en una docena de sitios, uno de ellos cerca del cuello, manchado con una sustancia verderrojiza. A través de una portilla se ve la torturada Tierra, lista para ser agarrada por su mano. Por todos lados hay cadáveres de Marines despedazados.

La sangre de Horus brilla, iluminando su rostro micntras habla. "Pobre Sanguinius. Le ofrecí un puesto en el nuevo orden de las cosas. Se podía haber sentado a la derecha de un dios. pero prefirió ponerse del lado del perdedor."

El Emperador intenta hablar. Finalmente sólo logra preguntar con un susurro: "¿Por qué?"

En la sala resuena una risa enloquecida. "¿Por que? ¿Me preguntas por qué? ¿No has aprendido nada en todos estos milenios? Débil idiota, tu pusilanimidad te ha impedido someterte a los poderes del Caos. Te alejaste del poder definitivo. Yo lo he sometido a mi voluntad y conduciré a la Humanidad a una nueva era. Yo. Horus. Señor del Caos."

El Emperador mira a su antiguo amigo, y niega tristemente con la cabeza. Ahora ve cómo ha caído Horus en la trampa. "Ningún hombre puede dominar al Caos, -dice suavemente-. Te engañas. No eres el amo. sino el siervo."

La rabia se apodera del Señor de la Guerra. Extiende la mano y de ella sale un rayo de energía pura. El Emperador grita de agonía cuando le alcanza. "¡Siente la auténtica naturaleza de mi poder y dime que me engaño!" -ruge Horus con la voz de un dios iracund o.

Con la frente perlada por el sudor. el Emperador responde. "Te engañas".

"Amigo mío, te he dejado venir para que pudieras ser testigo de mi triunfo. Arrodíllate y te perdonaré la vida. Reconoce al nuevo amo de la Humanidad."

Desesperadamente, el Emperador reúne todas las energías que le quedan y ataca. Entre ambos combatientes empiezan a saltar rayos. El olor a ozono impregna el aire. Las armas chocan en un combate que se produce a todos los niveles: físico. espiritual y psíquico. El destino de la galaxia se decide en cada golpe, en cada mandoble. Espada rúnica y garras resuenan con el sonido de un trueno. Energías capaces de arrasar ciudades recorren el salón. Un revés de la garra hace que el Emperador atraviese un mamparo. El contragolpe del Emperador corta uno de los pilares de apoyo cuando Horus lo esquiva.

En el espacio disforme, el Señor de la Humanidad oye como los Dioses del Caos insuflan más energía en su peón, y sabe que está perdiendo. No puede utilizar todo su potencial contra el Señor de la Guerra. Horus no se refrena. Una Garra Relámpago corta su armadura como si fuera de tela. El Emperador responde con un ataque psíquico para sobrecargar el sistema nervioso de Horus. El Señor de la Guerra se ríe cuando lo dispersa. Su risa enloquecida resuena por toda la sala cuando le rompe varias costillas en un puñetazo que casi parece amistoso. Un rayo de energía abrasa la cara del Emperador, haciéndole estallar un ojo y prendiendo fuego a su pelo. Durante un segundo pierde el conocimiento, pero lo recupera cuando las garras de Horus le atraviesan el abdomen. Horus aúlla triunfalmente.

De repente, cesan los ataques. Con su ojo sano ve que un solitario Exterminador ha entrado en la sala. El Marine carga contra Horus. El Emperador sabe lo que va pasar. Horus mira al Marine y se ríe. mientras le permite ver lo que ha hecho con su Emperador. Despues la carne del Marine desaparece, y los huesos se deshacen en polvo. Horus ya no es más que un demonio destructivo. El Emperador sabe por que se ha estado conteniendo. Ya no más. Sabe que debe vengar al Exterminador caído.

Concentra toda la energía que le queda en su espada. El Emperador descubre un hueco en la armadura de Horus, el hueco abierto por Sanguinius en su último combate. Horus siente la concentración de energía y se gira. Demasiado tarde. A medida que la energía destruye a Horus, los poderes del Caos se retiran, y el Señor de la Guerra recupera la cordura. El Emperador siente como su antiguo amigo y general, su hijo, reconoce las atrocidades que ha cometido. Brillan las lágrimas en ambos rostros, pero el Emperador sabe que debe matar a Horus, y mirándole a los ojos, ve que él lo sabe. Con un estallido final de energía, Horus cae al suelo.

Rogal Dorn entra en la estancia, y se horroriza al ver el estado en el que se encuentra el Emperador. Se acerca presuroso mientras se maldice por haber tardado tanto. Le toma el pulso y nota como su corazón aún late. Quizás todavía queden esperanzas. Quizás viva. Dorn hará todo lo posible para que así sea.

 

EL TRONO DORADO

Con la muerte del Señor de la Guerra, las tropas del Caos que estaban en la Tierra sufrieron un golpe mortal en su voluntad de continuar la lucha. Aquellos que no llevaban mucho tiempo sirviendo al Caos quedaron de repente liberados de sus ilusiones y cambiaron de bando de inmediato luchando con renovadas fuerzas en un intento de compensar por su traición. Otros, cuya corrupción estaba más profundamente arraigada, se replegaron a sus naves al ver que todo estaba perdido y huyeron al espacio profundo. El cuerpo agonizante del Emperador fue apresuradamente devuelto a la Tierra y colocado en un campo de estasis preservador de vida.

La unidad de soporte v¡tal conocida como Trono Dorado fue construida a toda prisa para internar en ella al Emperador. Los poderes del Emperador sobrevivieron, pero su cuerpo estaba despedazado.

Al principio podía comunicarse de forma semicoherente durante breves períodos de tiempo; más tarde se sumió en un completo silencio. Este silencio ha perdurado ininterrumpidamente hasta la actualidad, durante casi diez mil años.



AMARGA DERROTA

Cuando se propagaron las noticias de la derrota del Señor de la Guerra, las tropas leales atacaron a los rebeldes con renovado vigor. Poco después de las noticias llegaban los refuerzos de las tropas leales y la suerte del conflicto se decantó cada vez más hacia el bando leal. La guerra todavía se prolongó siete años más antes de que las últimas fortalezas fueran aplastadas y las últimas formaciones rebeldes fueran destruidas o exiliadas.

Los rebeldes que pudieron huir al Ojo de¡ Terror lo hicieron. Muchos habían tornado partido por el Señor de la Guerra sin saber que la adoración demoniaca era la causa de la rebelión. Rápidamente fueron víctimas de los guerreros de las Legiones Traidoras: se dice que estos acabaron hartándose de la dieta compuesta exclusivamente de carne humana.

Con el futuro del Imperio asegurado, el Emperador juzgó a los rebeldes. Habían defraudado la fe en él y habían pactado con demonios. Se habían convertido en enemigos de todo lo que era humano y no podía permitirles vivir en el Imperio de la Humanidad. Todos los documentos referentes a las Legiones Traidoras debían ser eliminados y estas tenían que ser exiliadas a la nebulosa de polvo y los mundos infernales del Ojo del Terror, expurgadas del universo material y borradas de la historia. Tenía que ser corno si las Legiones Traidoras nunca hubieran existido.

En esta decisión el Emperador tuvo que moderar su deseo de venganza aceptando los hechos: el Imperio estaba tan debilitado por los conflictos internos que no podia aplicarse ningún otro castigo. Sin embargo, el Ojo del Terror permanece aún en la actualidad como un terrible cáncer que corroe el corazón del Imperio. Una herida abierta que supura corrupción hacia los sistemas que lo rodean y que sirve de refugio a desviados y herejes. Y lo peor de todo es que las Legiones Traidoras todavía permanecen ocultas en el Ojo del Terror consumiéndose de odio hacia el Emperador el Imperio y toda la humanidad.
Título: Re:La Herejía de Horus
Publicado por: Milú el Bárbaro en 27 de Febrero de 2012, 23:26:50
Antes la Herejía cabía ahí  :-\