Perdona, que estaba currando.
La pifia suprema del final de Betrayer es la cagada monumental que hace Guilliman, supuestamente el mejor estratega del Imperio, el tio que novelas antes estaba practicando con sus propios hombres como enfrentarse en teoricos teatros de guerra contra otras Legiones (vale, que una cosa es que un Ultra trate de luchar como un Devorador de Mundos y otra cosa es que lo haga convincentemente). Teniendo la supremacia orbital (cosa que admiten los propios personajes de la novela) decide insistir en un desembarco planetario a muerte, en vez de acabar con la flota de los Traidores, aislarlos y luego poco a poco acabar con ellos en la superficie planetaria sin tener que estar pendiente de una guerra en el espacio. Por ejemplo, cuando una gabarra de transportes de tropas se expone a ser (y lo es) destrozada por el Conquistador de MundosConquistador mientras la flota de Ultramar se dedica a destruir la nave hermana del Abismo FuriosoConquistador